Antes de conocer a Letizia, a Felipe VI se le relacionó con un amplio número de mujeres. Las más conocidas fueron Isabel Sartorius, Gigi Howard y Eva Sannum. Fueron relaciones largas e intensas.
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Todas ellas estuvieron siempre bajo la lupa. La Casa Real quería controlar todos los movimientos del que iba a ser futuro rey. De ahí que Juan Carlos I ordenase que se espiase a cada una de sus conquistas.
Y Letizia no fue una excepción. Llegó a la vida del príncipe en una etapa de más estabilidad, donde todo apuntaba a que sería la definitiva. No lo hizo falta demasiado tiempo para saberlo.
El libro Al servicio de su majestad, de Fernando Rueda, revela cómo se controlaron las relaciones sentimentales de Felipe.
Los servicios secretos trataron de profundizar en la vida privada de la actual reina, incluso antes de que fuera princesa. Los actuales monarcas se conocieron en una fiesta que ofreció el periodista Pedro Erquicia en su casa, donde se encontraba un amplio grupo de personas.
El asistente sorpresa, con el que no contaba nadie, era el príncipe. Aquella noche tuvo la oportunidad de hablar largo y tendido con Letizia. Lo hicieron a solas, y antes de marcharse se intercambiaron los números de móvil.
La pareja aprovechó el verano de 2003 para hacer una escapada de enamorados. Fueron a un crucero por el Mediterráneo. En muy poco tiempo esa historia de amor se consolidó.
Antes de que la noticia fuera destapada por los medios optaron por realizar una presentación en sociedad. Aparecieron los dos cogidos de la mano para anunciar su futuro compromiso el 3 de noviembre de ese mismo año.
Durante los meses previos, Juan Carlos ordenó al director de los servicios de inteligencia españoles, que investigaran el pasado de Letizia. Quería conocer todo lo relacionado con su vida privada, novios, familiares, contactos o situación económica. En cuanto a su trabajo, no hizo falta investigar mucho, ya que era una de los rostros más conocidos de los informativos de TVE.
Aquel trabajo se realizó con mucha discreción. Se encargaron de ello agentes de máxima confianza del director del CNI.
Y de los resultados obtenidos solo se enteraron este último y Juan Carlos. Jorge Dezcallar tuvo que desmentir esta operación de espionaje en el Congreso.
Letizia ocultaba algo
Se había especulado con que había un "secreto familiar" que Letizia ocultaba. Pero desde el servicio de inteligencia no descubrieron nada irregular que pudiera confirmar esto. Una vez finalizado el encargo se entregaron las conclusiones al rey, y no se volvió a trabajar más en el pasado de la actual reina.
La boda entre Letizia y Felipe se celebró el 22 de mayo de 2004 en la catedral de La Almudena. Fue una jornada de mucha tensión, y no solo para los novios. Años más tarde hemos conocido que había cierta preocupación por una posible amenaza de atentado.
El ministro de Defensa de aquella época, José Bono, admite que vivió aquella jornada con mucha angustia. "Lo que queríamos era que la celebración acabara cuando antes y los mandatarios extranjeros se marcharan rápido", contó.
Antes de las 18:00 de aquel día se vivió una situación crítica. Dos helicópteros con tiradores de élite salieron a patrullar el cielo de la capital.
Hubo cierta preocupación en el equipo de seguridad, sobre todo por lo que pudiera pasar. La versión oficial aseguró que fue una falsa alarma.
Explicaron que aquella actuación fue para prolongar hasta las 20:00 el estado de máxima seguridad en torno al enlace.
Ese día le cambió la vida para siempre a Letizia. Ahora está siempre en el punto de mira de todo el mundo por su papel como reina. Pero con anterioridad ya habían sido otros los que se habían fijado en ella, en concreto los servicios de inteligencia.
El vídeo del día: