Hace unos días, Alba Santana lloraba la pérdida de su padre. Manolo Santana fallecía a los 83 años por un paro cardíaco. Solo habían transcurrido seis meses desde que muriera su madre.
El tenista fue una de las grandes leyendas del deporte español. En su palmarés figuran dos Roland Garros, un Wimbledon y un Abierto de Estados Unidos. Su esfuerzo y sacrificio le convirtieron en un ejemplo para las generaciones venideras.
Pero el padre de Alba también fue conocido por su vida sentimental. Sobre todo a raíz de su matrimonio con la periodista Mila Ximénez. Con ella mantuvo un gran enfrentamiento hasta el final de sus días, y nunca llevaron a resolver sus diferencias.
La última mujer en llegar a la vida de Manolo Santana fue Claudia Rodríguez. Durante los últimos años se había encargado de gestionar los negocios de su marido, pero siempre se ha visto salpicada por la polémica.
Claudia Rodríguez, en el ojo del huracán
En su momento, su primer marido, David Contó, fue acusado de blanquear dinero del tráfico ilegal de drogas. Conocerían al tenista en el club que tenía en la localidad malagueña, que era donde se solían reunir las celebridades.
Ahora toda la responsabilidad de la entidad deportiva recaerá sobre la viuda que, según algunos medios, tiene previsto acometer una serie de cambios. La ausencia de Manolo Santana le lleva a coger el mando de la empresa.
Y todo ello al margen de los hijos del tenista. Sobre todo porque no tienen trato con la que fuera su última mujer. Es el caso, por ejemplo de Alba Santana.
En su día había tenido una excelente relación con Otti, la señora con la que se casó su padre tras separarse de Mila. De hecho, vivió con ellos durante una época en la que su madre no podía mantenerla. Pero con Claudia, la situación era totalmente distinta.
No se hablaban. Ese enfrentamiento había provocado que la joven se distanciara también de su progenitor. Perdieron el contacto y eso era algo que siempre se lo había recriminado Mila al tenista.
Entre su hija y su última mujer, se había decantado por esta última. Manolo Santana estaba tan enamorado que no le prestaba atención a lo que le pudieran decir las personas de su entorno.
Durante el velatorio que se celebró en Madrid, apenas se dirigieron la palabra. Cada una por su cuenta y tratándose de esquivar en todo momento. Era una situación prevista, que no por ello deja de ser sorprendente.
Pero los hijos del deportista tampoco compartían las actitudes y comportamientos de Claudia. Con el tiempo todos se habían ido alejando de él. Eso sí, nadie quiso faltar en la despedida.
Alba Santana, pendiente de la herencia
Alba Santana y el resto de hermanos están muy pendientes de lo que haga la viuda con el dinero de su padre. De momento se quedará al mando del club de tenis que regentaban en Marbella. Aún tiene un par de años de concesión por delante y hay muchas incógnitas sobre su futuro.
Se baraja la posibilidad de que se desprenda de su gestión. Al parecer, Rafa Nadal estaría interesado en hacerse con la entidad y ya habría realizado una oferta en firme a la viuda. Su intención sería montar en esas instalaciones una escuela de tenis.
Esta posibilidad no la ve con malos ojos la que fuera mujer de Manolo Santana. Se quitaría de encima este negocio, y a cambio recibiría una importante cantidad de dinero.
Desde la distancia, Alba y otros miembros de la familia siguen con atención todos los movimientos que se produzcan. Saben que también está en juego su herencia y el alto patrimonio que tenía su padre.