El mundo del deporte continúa llorando la muerte de Manolo Santana. El que fuera uno de los grandes tenistas de la historia de este país fallecía el pasado sábado a los 83 años. Una pérdida inesperada con la que no contaban sus allegados.
Durante los últimos tiempos habría sufrido un ligero deterioro, pero nadie esperaba un final tan repentino. Nunca le faltó en esta etapa de su vida la compañía de su esposa. Claudia Rodríguez se convirtió en su confidente y en una compañera inseparable.
Pese a los problemas de salud, Santana siempre se mantuvo muy implicado en sus negocios. Tal y como advertía hace unas semanas a ABC su mujer, era él el que tomaba las decisiones en última instancia. "Yo hago mucho por la empresa, pero él sabe perfectamente lo que se hace o se deja de hacer", aseguraba ella.
En aquellos instantes no se encontraba con fuerzas para conceder una entrevista. Sin embargo, no descartaba hacer un reportaje que sirviera como homenaje a su dilatada trayectoria deportiva. Incluso tenía previsto posar para una sesión fotográfica para un documental.
Su viuda reconocía que "él decide todo, lo que quiere y lo que no quiere hacer. Con quien quiere y con quien no quiere hablar".
Siempre estuvo muy bien cuidado. Era habitual que a media mañana se desplazara hasta la escuela de tenis que lleva su nombre.
Manolo Santana aprovechaba sus visitas para leer la prensa, tomar un refrigerio o simplemente compartir tiempo con otros tenistas. Aseguran que podía pasar largos periodos obnubilado viendo el horizonte, pensativo. Confiaba en que todavía le quedaba mucha vida por delante, y nunca le faltaban planes de futuro.
Era habitual que entre la pareja hubiera gestos de complicidad. "¿Quieres que te traiga algo de beber?, le preguntaba mientras destacaba "lo guapo que está". El deportista le contestaba de manera cortés que estaba "bien así", recoge la conversación de ABC.
El tenis había sido su vida, y había encontrado en él un refugio adecuado incluso una vez retirado. Como leyenda de esta disciplina siempre ha tratado de mantener un vínculo con él. Solo hay que ver el amplio número de tenistas que acudieron a despedirle.
Manolo Santana, muy querido por el mundo de la raqueta
No faltaron nombres como Conchita Martínez, Garbiñe Muguruza o Feliciano López. Otros se sumaron con mensajes muy cariñosos como Rafa Nadal o Juan Carlos Ferrero. Todos ellos recuerdan que Manolo Santana fue un pionero que les abrió el camino a todos ellos.
Durante los últimos años su vida ha estado ligada de manera permanente a Claudia. De sus hijos apenas se ha sabido nada. La más conocida es Alba, fruto de su relación con la televisiva Mila Ximénez.
Con ella siempre ha tenido una relación más bien cordial, pero en ocasiones algo distante. La joven siempre había estado del lado de la madre, y eso les acabó pasando factura.
En cualquier caso, el extenista había encontrado la estabilidad y la calma al lado de su última esposa. Con ella consiguió formar una pareja ideal. El madrileño le confiaba todos sus secretos, y ella se ocupaba de cuidarle y protegerle de todo.
Manolo Santana era un personaje muy atractivo para la prensa rosa. Pero desde que conoció a Claudia fue reduciendo mucho sus intervenciones en distintos eventos. Su última presencia en televisión fue en el programa La Mañana, de TVE.
Su pareja confesaba que todas las "peticiones que llegan, se las consulto y él decide". No toleraba las críticas que vertían hacia su mujer en algunas ocasiones. "Es una mujer maravillosa, que me cuida y me quiere", confesaba a dicho diario.