El fallecimiento de Mila Ximénez ha dejado huérfano al mundo del corazón, pero gracias a algunos periodistas su recuerdo está más vivo que nunca. El escritor sevillano Juanele Zafra ha narrado la biografía de Encarna Sánchez en una novela titulada Directamente Encarna.
Mila Ximénez ocupa muchas páginas dentro de este libro, pues fue una persona fundamental en la vida de la mítica locutora. Sánchez se enamoró perdidamente de ella porque era una mujer brillante: atractiva, inteligente y talentosa.
Encarna Sánchez contrató a la exmujer de Manolo Santana en el programa que presentaba en COPE y le pagó un sueldo astronómico. Todo era una trampa, pues únicamente buscaba tenerla controlada para intentar seducirla y tener un romance con ella.
Los compañeros de Mila sabían que Encarna estaba perdidamente enamorada, así que empezaron a despotricar a sus espaldas. Una de las personas que más dura fue con ella es Marujita Díaz, artista que trabajaba en el famoso programa radiofónico.
La queridísima colaboradora de Sálvame tenía un problema que arrastraba desde pequeña: era tartamuda y no podía hablar con soltura. Marujita le llamaba “tartaja” e intentaba humillarla cuando no estaba presente para dejar en evidencia su estrecha relación con Sánchez.
La presentadora jamás hubiera trabajado con una comentarista con tantas carencias, pero Mila era especial para ella e hizo una excepción. Gracias a este empleo pudo superar su pequeño problema, aunque lo ha seguido arrastrando el resto de su trayectoria.
Mila Ximénez lo perdió todo por culpa de su defecto
Mila reconoció en una de sus entrevistas que era una mujer muy tímida, de ahí que tuviera tantos problemas para comunicarse con fluidez. Durante la etapa que trabajó en COPE mejoró mucho, pero siempre que se ponía nerviosa volvía a tartamudear.
La exmujer de Manolo Santana invirtió todo su capital en una mansión situada en La Moraleja, justo donde vivía la poderosa locutora. Encarna asegura tejió una red para tener controlada a su colaboradora, pues quería que dependiese de ella para dar cualquier paso.
El sueldo que Ximénez cobraba por hacer su sección en la radio lo era todo y Sánchez se lo retiró tras enamorarse de Isabel Pantoja. Funcionaba por caprichos y cuando dejó de estar interesada en la comentarista se centró en conquistar a la tonadillera.
Encarna Sánchez humilló a su antigua amiga porque había dejado de ser “un número uno” y le recordó todas sus carencias radiofónicas. Este episodio marcó para siempre el futuro de la sevillana porque le creó muchas inseguridades que no le dejaban avanzar.
Se quedó sin trabajo y con una deuda importante por culpa de la locutora, pues fue ella quien se empeñó en que comprara una mansión en La Moraleja. Esta delicada situación le generó mucha presión y le impedía mostrarse tan brillante como realmente era.
Encarna arruinó a Mila
Mila Ximénez estaba acostumbrada a vivir de una forma muy cómoda, pues su divorcio con Manolo Santana le había dejado ciertos ahorros. Enseguida empezó a trabajar con Encarna, así que su patrimonio fue creciendo por momentos.
Su único interés era tener el dinero para cuidar de su hija Alba y Sánchez conocía cuál era el punto débil de su amiga. Lo perdió todo y tuvo que renunciar a la custodia de la niña, abriendo así uno de los capítulos más traumáticos de su vida.
Mila estuvo retirada mucho tiempo de los medios de comunicación, así que perdió su experiencia y el público se olvidó completamente de ella. Cuando regresó, gracias a una entrevista que concedió para hablar de Isabel Pantoja, había recuperado su defecto.
La tertulian estaba muy nerviosa y tartamudeó en varias ocasiones, pero poco a poco consiguió superar sus propios límites. El público demostró que quería escucharla y aquello le dio fuerzas para liderar su proyecto final: crear un animal televisivo inigualable.