La jubilación sufrirá una serie de cambios con la llegada de 2022. Aquellos que tengan previsto retirarse del mercado laboral comprobarán cómo se tendrán que jubilar con unos cuantos meses más de los previstos.
Esta medida se encuadra dentro de la reforma global de pensiones que tiene que acometer el Gobierno. Se había comprometido ante Bruselas a ahorrar 30 000 millones del sistema público.
Estos ajustes afectarán sobre todo a los nacidos entre finales de los años 50 y mediados de la década de los 70. A la hora de la jubilación tendrán que escoger entre cobrar menos o "trabajar algo más", advertía el ministro de Seguridad Social.
Por lo tanto se endurece un poco más la posibilidad de obtener una pensión en 2022. La citada reforma se aprobó en 2013 e implicaba un incremento progresivo en la edad de retirada.
Para ello se reclamaba un esfuerzo importante a aquellas personas que tenían intención de apartarse del mercado laboral. Además de obligárseles a trabajar más tiempo, también cobrarían una menor cantidad. Se trataba de una fórmula pensada para sostener un sistema cada vez más endeble.
Lleva ya unos cuantos años con números rojos, y la deuda se aproxima a los 100 000 millones. El fondo de reserva, pensado para sufragar las pensiones de jubilación está casi agotado, por lo que ya no hay colchón que lo mantenga.
La edad de retirada se irá alargando de manera progresiva hasta los 67 años en 2027. Aquellas que durante 2022 tenga previsto jubilarse y quieran recibir el 100% de la pensión deben alargar su vida profesional. Será hasta los 66 años y dos meses.
Hasta 2019 bastaba con cumplir los 65, pero a partir de esa fecha se fue aumentando en dos meses la edad de retiro.
El Gobierno entiende que esta postura supone una gran ventaja para el sistema público. Sobre todo porque la esperanza de vida de las personas va en aumento. Cada vez se vive más tiempo y se cobran estas prestaciones.
Esgrimen, además, que así se podrá contar con más población activa para financiar las pensiones. Al alargar su actividad profesional aporta dos años más a la caja común y no consume dinero del Estado.
También hay que tener en cuenta que el número de cotizantes a la Seguridad Social no es tan elevado como se desearía. Al haber tan poca gente trabajando, hay menos recursos para destinarlos a aquellos que se vayan a jubilar.
Una pensión de jubilación íntegra a los 65
Sin embargo, no hace falta llegar hasta los 66 años y dos meses para lograr la pensión íntegra. Hay algunas excepciones que mucha gente desconoce. Tienen la posibilidad de retirarse con 65 aquellos que hayan cotizado más de 37 años y medio.
Por cada ejercicio que transcurra se incrementa ese periodo en tres meses. Es decir, los que deseen jubilarse a los 65 años en 2027 tendrán que tener al menos 38 años y medio cotizados.
Gran parte de las personas que se están apartando ahora del mercado laboral empezaron a trabajar muy jóvenes. De ahí que ya cuenten con unos cuantos años aportados a la Seguridad Social. Sin embargo, la situación será muy distinta para los jóvenes actuales y para aquellos que rondan entre los 30 y 40.
Se incorporaron a una edad más tardía al sistema y con salarios más reducidos. Eso les llevará a notarlo mucho en el momento de la jubilación. Algo similar ocurre en el caso de las mujeres.
Muchas de ellas se apartaron en algún momento de su vida del empleo para dedicarse al cuidado de los hijos. Con el tiempo detectarán esas lagunas de cotización.
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