La Policía Nacional de Málaga está de luto por la muerte de uno de los suyos. Miguel Elías Santos Carballo, agente de la Unidad de Intervención Policial (UIP), falleció a los 48 años a causa de un trombo en el pulmón. La muerte le sobrevino repentinamente, y ha dejado un gran vacío entre sus seres allegados.
Sobre todo en su familia, su mujer y sus dos hijos de 12 y 15 años. Pero también entre sus compañeros de la unidad antidisturbios, que aún tratan de asimilar lo ocurrido. Miguel Elías ha sido despedido entre aplausos, honores y mucho dolor, en un acto de homenaje.
Según desvela Diario Sur, el desencadenante de la muerte fue una fisura en el gemelo que le provocó un trombo en el pulmón. El agente murió tras muchos años defendiendo los derechos de sus compañeros a través del sindicato policial. Estuvo al pie del cañón hasta el final, y sus allegados destacan su gran vocación de servicio.
Miguelito, un profesional con vocación
El adiós a Miguel ha dejado claro que era un hombre muy querido, no solo por su familia sino también por sus compañeros. En casa le llamaban cariñosamente Miguelito, mientras que para su madre nunca dejó de ser ‘el niño’. Sus amigos y compañeros se dirigían a él como Elías, su segundo nombre.
Miguel Elías era una persona volcada en su hogar, con su mujer y sus dos hijos menores de edad, y en su trabajo. A veces le tocaba estar tiempo fuera de casa, en operaciones especiales. Sin ir más lejos, fue uno de los integrantes de la Operación Copérnico en Cataluña durante octubre de 2017.
Durante aquellos días en los que la policía antidisturbios estuvo en primera línea contra la celebración del referéndum de autodeterminación, Miguel estuvo varias semanas fuera de casa. Asumió aquel reto como muchos otros, con el peso de la experiencia a sus espaldas pero también con la adrenalina propia del trabajo.
Su padre también fue policía
Lo de Miguel Elías era una vocación, cuentan los que lo conocieron. Creció en el barrio de Capuchinos de Málaga, y desde niño ya tenía claro que quería ser policía. Lo llevaba en la sangre, porque su padre fue oficial del Cuerpo de Policía.
Al cumplir la mayoría de edad entró en la academia de policía, y después su hermano siguió los mismos pasos. Durante estos treinta años, el agente fallecido ha mostrado una gran vocación de servicio público, a pesar de todas las dificultades. Sus compañeros destacan el entusiasmo con el que afrontaba cada tarea.
Su esfuerzo fue reconocido en varias ocasiones, como cuando recibió la Cruz Blanca al Mérito Policial o dos medallas a la dedicación y la constancia. También obtuvo más de 70 de licitaciones públicas por sus servicios. Lejos de dejarse deslumbrar, el agente siguió trabajando con el máximo esfuerzo en el día a día.
Defendía los derechos de sus compañeros
Además de su trayectoria como policía en la unidad antidisturbios, Miguel Elías era uno de los más concienciados del cuerpo. Era delegado sindical de Jupol, una organización que defiende los derechos de los policías. En los últimos días, sin ir más lejos, han denunciado el mal estado de los chalecos antibalas de la policía en Málaga.
El pasado domingo, familiares, amigos y compañeros de Miguel se despidieron de él en Parcemasa, el Parque Cementerio de Málaga. Fue un acto lleno de emoción en el que no faltaron mandos policiales, como el Jefe Superior de la Policía de Andalucía Orienta, José Miguel Amaya, o el comisario provincial, Enrique Barón.
Por su lado, el director general de Policía, Francisco Pardo, llamó personalmente a la familia del agente fallecido para trasladar sus condolencias. Siguen llegando las muestras de cariño por Miguel Elías, el entregado agente de policía fallecido antes de tiempo.
Segundo mazazo para la UIP de Málaga
Sus compañeros le han definido como “un gran policía, un gran compañero, un gran luchador en favor de los demás, un gran servidor de su patria”. De él destacan “su saber estar, su prudencia y su disposición”. Y reconocen que su muerte les ha cogido por sorpresa, “como a él la enfermedad”.
Es la segunda muerte de un agente de la UIP de Málaga en poco tiempo. Antonio Jesús Martín Lozano falleció a los 51 años por coronavirus a principios de enero de 2021. Se infectó durante su labor en el puerto de Arguineguín, en el marco de la crisis migratoria que sufría entonces España.
Antonio Jesús y Miguel Elías parecían llevar dos vidas paralelas. Ambos tenían una edad parecida, estaban casados y tenían dos hijos adolescentes. Los dos han muerto también de forma repentina, dejando un gran dolor entre sus compañeros: "Amigo, una vida entera de botas".
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