El rey Felipe ha visto como su figura se ha visto eclipsada en los últimos días por su padre. Este miércoles salía a la venta un nuevo libro sobre Juan Carlos, en donde la escritora Laurence Debray repasa algunos detalles de su vida. Para ello ha mantenido largas conversaciones con él durante los últimos años.
Incluso se ha rumoreado de que el emérito mantuviera una relación sentimental con su biógrafa. Sería una más en una larga lista de amantes que se van destapando con el tiempo.
Uno de los asuntos que más preocupa al padre de Felipe es el funeral que tendrá cuando fallezca. Hay mucha incertidumbre sobre esa despedida, sobre todo teniendo su residencia en Abu Dabi, donde se exilió hace más de un año. A ello se le suman los distintos escándalos económicos en los que se ha visto envuelto.
"El entierro de mi padre fue muy bonito", recuerda Juan Carlos. "Mientras tanto, tengo que pensar en el mío", le suelta a la biógrafa. Sorprende este pensamiento del emérito, que nunca había abordado este tema pese a contar ya con 83 años.
Confesó que la relación con Felipe "está rota". Y Debray finaliza su libro con una serie de preguntas al aire que quedan sin respuesta. "¿España le organizará un funeral a su medida? ¿Quién irá?, se cuestiona.
En la publicación también se hacen eco de la decisión de Felipe de renunciar a la herencia de su padre a consecuencia de sus escándalos. Hace un año la propia periodista escribía una opinión al respecto en un medio francés.
"Estoy leyendo un artículo en el que dices que si hubiera muerto antes de la cacería de Botsuana, habría muerto como un héroe. Pero lo estoy haciendo muy bien, ya sabes", confesaba el emérito en una charla telefónica.
Ella dio su visión sobre lo ocurrido. "Creo que pasaste de héroe a marginado después de la caza, y debe haber sido muy brutal para ti". Una vez que se publicó ese artículo, la relación entre ellos fue mucho más estrecha, teniendo un contacto regular.
Para algunos, Debray se ha convertido en una confidente de Juan Carlos, además de ser su biógrafa oficial. Desvela como fueron algunos de los encuentros con él en Abu Dabi.
"Gracias a él vuelvo a conectar con este sentimiento furtivo de cercanía e intimidad olvidada. Encuentro al hombre espontáneo y cálido. En eso nada ha cambiado", desvela la periodista.
Cuenta que ya está vacunado y que no le tiene miedo al COVID-19.
Le sorprendió la vestimenta que llevaba en una de esas reuniones. "El rey no viste de rey. Ni siquiera lleva camisa", escribe.
Sospecha que el confinamiento ha cambiado los hábitos de las personas a la hora de vestir. "Lleva un poco blanco demasiado grande, chaqueta sin mangas, pantalones de lona y zapatillas negras", explica. En su opinión, podría confundirse con un "turista estadounidense o un banquero retirado de Manhattan".
Nota como ha cambiado físicamente. Los 12 kilos perdidos en los últimos meses se notan en la ropa, que le queda bastante holgada. Sin embargo, le nota cierta mejoría.
El padre de Felipe, en buen estado
El padre de Felipe "ya no tiene la cara hinchada por los medicamentos. Sus manos siguen tan finas y limpias como siempre. Se ve sereno y tiene un rostro sano y ligeramente bronceado".
En su aspecto hay algo que le llama la atención, "son sus ojos. Si antes eran de un azul deslumbrante, ahora sus pupilas están rodeadas de gris claro". En cualquier caso, destaca su "risa infantil, franca y gentil", capaz de "iluminar la habitación de vez en cuando".
El paso del tiempo también ha hecho mella en Juan Carlos. Las prótesis le han reducido de manera importante la movilidad. Asegura que "se levanta dolorosamente y camina inseguro con bastón".
Es ahí cuando "surge el peso de su dolor y su destino", dice la escritora.