Mujer en la playa con mascarilla

Vacaciones de Semana Santa y verano 2021: dónde podremos ir y qué podremos hacer

Caen las procesiones y los grandes festivales, pero se dispara la demanda en playas y turismo rural

Las seis comunidades españolas de sol y playa se preparan para otro verano incierto, entre la esperanza de volver por fin a la normalidad y el miedo a que las restricciones se alarguen más de lo previsto. En el trasfondo está la gran diferencia entre las expectativas reales de la gente y lo que finalmente puedan hacer los gobiernos.

De momento, el sector turístico ha sacrificado la Semana Santa para salvar el verano, pero si las nuevas variantes siguen extendiéndose y la vacunación avanza tan lentamente, puede haber problemas incluso para abrir con normalidad en verano. Hay argumentos para el optimismo, y también para el pesimismo. 

A favor está la reactivación de la demanda, sobre todo del turismo extranjero. Se trata del deseo lógico de las personas a dejar atrás la pandemia y volver a la vida normal. Desde que el Reino Unido levantó las restricciones de la tercera ola, la compra de billetes de avión y las reservas hoteleras en España se dispararon. También en otros países, como Alemania.

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A favor también está la necesidad del Gobierno de permitir cuanto antes la apertura de un sector clave para la economía. Muestra de ello es la aprobación del pasaporte Covid a nivel europeo para facilitar la movilidad este verano. Las personas vacunadas podrían moverse con libertad, y esto sería lo más cerca que hemos estado hasta ahora de la normalidad. 

Pero también hay elementos en contra. Las nuevas variantes más contagiosas avanzan más rápidamente de lo esperado y están a punto de desatar la cuarta oleada. Además, el ritmo de vacunación va mucho más lento de lo esperado. Se esperaba tener al 70% de la población vacunada antes del verano, y apenas llegamos al 10%.  

Antes esta situación, el Gobierno se plantea aprobar un nuevo estado de alarma cuando finalice el actual, el 9 de mayo. Esto permitiría mantener las medidas restrictivas más importantes, como el toque de queda y los cierres perimetrales, al menos hasta junio, y afrontar con más garantías un verano sin sobresaltos. 

Dónde podremos ir por Semana Santa

El Gobierno y las comunidades autónomas han acordado un plan conjunto para mantener los cierres perimetrales, al menos, hasta después de Semana Santa. Esto significa que en las vacaciones de Semana Santa, no podrás entrar ni salir de tu comunidad. Ante esta situación se ha disparado la demanda del turismo rural.

En las comunidades de la costa ya se están preparando las playas para recibir turistas de cara al verano. Las playas de Galicia se limitan a 4 metros cuadrados por persona de cara a Semana Santa. En Benidorm también se está parcelando la playa con la intención de controlar el aforo limitado, igual que en Andalucía y otras regiones con playa.

Pero los habitantes de estas comunidades tendrán que estar muy al tanto de las medidas que imponga su región. Por ejemplo, la Junta de Andalucía mantendrá el cierre perimetral en las provincias, y por lo tanto, los andaluces que viven en el interior no podrán ir a la playa en Semana Santa. Lo mismo ocurre en Cataluña.

Para esta Semana Santa se espera un turista local, el cual reserva siempre que se pueda cancelar gratuitamente y que llega a su destino con vehículo propio. La demanda del turismo de sol y playa aumenta tímidamente, mientras que las reservas en el turismo rural están ya casi al 100%. Esta Semana Santa tampoco se podrán celebrar las procesiones, y esto ha supuesto un golpe al turismo de los lugares más emblemáticos como Sevilla.

Dónde podremos ir este verano

El mes de abril será clave para saber cómo será el verano 2021. La intención de viajar no ha variado, pero el temor a una cuarta ola puede prolongar las restricciones. Este freno influye también en los viajeros a la hora de reservar. Lo que observan las agencias es que la movilidad internacional está fuera de las expectativas del sector, y no va a resurgir hasta que la gente no tenga certeza y seguridad.

La esperanza son las vacunas y el pasaporte Covid, pero de momento el proceso va muy lento. La previsión del sector turístico es moderadamente optimista. Creen que puede haber una demanda aceptable si se crean corredores seguros que puedan dar salida a los turistas europeos que quieren venir a España. Pero también son realistas: no va haber ni de lejos los 80 millones de turistas de 2019, y prevén la normalidad en el último trimestre de 2021.

Para los que no estén vacunados, podrán realizar viajes internacionales pero con la misma incertidumbre que el año pasado, por las cuarentenas y la obligación de llevar PCR. La buena noticia es que, de cara al verano y si todo va bien, ya no habrá cierres perimetrales, y los españoles del interior podrán ir a la playa.

Según Exceltur, los destinos más competitivos este veranos en España son los municipios de Adeje (Tenerife), Calviá (Mallorca) y Benidorm. Se trata de un ranking que tiene en cuenta indicadores como el estado de las playas, la capacidad de alojamiento, la seguridad sanitaria y la diversificación de la oferta.

Qué podremos hacer

En Semana Santa no se podrá salir de la comunidad autónoma y habrá toque de queda nocturno. Habrá que estar atentos a las restricciones particulares de cada autonomías, en cuanto a los cierres provinciales y las reuniones sociales. Pero lo que es seguro que no habrá actos masivos de Semana Santa, como las procesiones.

En cuanto al verano, probablemente se podrá viajar aunque aún con algunas restricciones. La mayoría de los españoles que viajen lo harán dentro de España o países del entorno, como destinaciones europeas, Marruecos y Túnez. Otra opción son los países con Covid cero, como Australia y Nueva Zelanda.

Las agencias de viajes están introduciendo seguros de viaje para vacunados y medios para facilitar la PCR y aclarar los protocolos antes del viaje. Seguridad y certeza, estos son los dos grandes retos para asegurar un verano más o menos normal.

Otra de las dudas de cara al verano es si habrá conciertos y festivales. Por ahora, las giras internacionales están casi descartadas y es difícil que vaya a haber citas multitudinarias con 50.000 personas de público. Sí se podrían empezar a ver conciertos de 5.000 personas, lo cual exigirá bajar el caché de los grupos y aumentar el precio de las entradas. 

Sobrevivirá el pequeño festival, en formato familiar, con ayuda de los ayuntamientos y los sponsors. Los festivales que estaban programados para abril o mayo ya están cancelando, como el Warmup de Murcia. El sector de la música, como el del turismo, confía en una completa recuperación en septiembre u octubre. El verano, de momento, tendrá que esperar.