España contiene la respiración ante el avance de la cuarta ola en Europa. Aquí aún no ha llegado, pero ya hay síntomas de un cambio de tendencia preocupante. Ante esta situación, el Gobierno central y las comunidades autónomas tratan de acordar una serie de medidas comunes para frenar los contagios hasta el verano.
El mismo Fernando Simón reconoció ayer que España se encuentra en una leve subida de los contagios, una situación que rompe la buena tendencia seguida desde enero. Las comunidades han notificado a Sanidad 6.216 nuevos casos en las últimas 24 horas, pero hay un dato aún más preocupante: sube la incidencia a 128,17.
Este incremento puede indicar una subida de los casos durante los próximos días. Ante el riesgo de un repunte a las puertas de la Semana Santa, el ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han empezado a coordinar un plan de actuación conjunto en el marco del Consejo Interterritorial de Salud.
[predef]espaadiario-631[/predef]
Su intención es mantener el toque de queda a nivel nacional después de Semana Santa y mantenerlo al menos hasta principios de verano. La mayoría de las comunidades están a favor de mantener la limitación de movilidad nocturna, con un margen de maniobra que les permita mover la hora de inicio entre las once y las doce de la noche.
El estado de alarma que finaliza el próximo 9 de mayo establece un toque de queda entre las 23:00 y las 06:00 horas. Sin embargo, las autonomías pueden modificar el horario de inicio entre las 22:00 y las 00:00, y el horario de finalización entre las 05.00 y las 07.00.
La extensión del toque de queda hasta el verano exigiría prorrogar también el estado de alarma. Al tratase de la limitación de una libertad fundamental de los ciudadanos, el toque de queda necesita estar amparado por el estado de alarma, que solo puede modificarlo el Gobierno y que en estos momentos tiene vigencia hasta el 9 de mayo.
El Gobierno de Pedro Sánchez se muestra dispuesto a decretar un nuevo estado de alarma cuando finalice el actual. La prórroga beneficiaría la estrategia de Sanidad, que pasa por llegar al verano con una incidencia máxima de 25 casos por 100.000 habitantes. Un objetivo que se aleja cada vez más debido a las nuevas variantes y el lento ritmo de vacunación.
[predef]espaadiario-631[/predef][tweet]1372276300191297536[/tweet]
La idea está encima de la mesa
En el escenario ideal que planteaba el Gobierno hace unos meses, España llegaría al verano con un 70% de la población vacunada. Eso permitiría levantar las restricciones y volver poco a poco la nueva normalidad. Pero la aparición de las nuevas variantes y los problemas en el suministro de las vacunas han alterado los planes. Por ahora, lo único que puede evitar una cuarta ola son las restricciones.
El Gobierno ha optado por la cautela y no anunciará ninguna nueva medida los próximos días. Sin embargo, la idea de un nuevo estado de alarma y alargar el toque de queda está encima de la mesa, y estará condicionada a cómo evolucione la situación epidemiológica en España. Fuentes gubernamentales admiten en privado que «la cuarta ola justificaría la prolongación del estado de alarma».
En las comunidades autónomas hay una preocupación real por lo que puede suponer el levantamiento de los confinamientos nocturnos. Según Sanidad, el 80% de los contagios en las últimas semanas se han producido en el interior de domicilios y recintos cerrados. Las reuniones nocturnas en espacios públicos y privados, si se levanta el toque de queda, podría llevar a un aumento de los contagios.
Se podrían alargar los cierres perimetrales
Si finalmente se decide alargar el toque de queda en el Consejo Interterritorial de Salud, el Gobierno prevé algunas excepciones. Se verían liberados de la limitación los casos de asistencia y cuidado a mayores, enfermos, dependientes o personas con discapacidad, por causa de fuerza mayor o situación de necesidad o por cuestiones laborales.
Entre las comunidades autónomas también comparten la necesidad de mantener los cierres perimetrales. De momento, hay un principio de acuerdo para mantener los confinamientos perimetrales en todas las comunidades hasta que finalice el actual estado de alarma, el 9 de mayo. Su intención es mantener la baja incidencia para salvar la temporada veraniega.
Si finalmente se aprueba la prórroga, no se podrá entrar ni salir de la comunidad autónoma donde uno reside hasta el 9 de mayo. El actual decreto del estado de alarma contempla la posibilidad de establecer cierres perimetrales, pero la decisión depende de los presidentes autonómicos. En el puente de San José, las autonomías donde es festivo mantienen los cierres perimetrales. En Semana Santa lo harán todas las comunidades, excepto Canarias e Islas Baleares.