Vladimir Putin también cuenta con sus propias armas para castigar de alguna manera a Europa. En su opinión, no hay un "reemplazo razonable" a los hidrocarburos de Rusia porque no existen volúmenes de gas libres en el mercado mundial. Además, el mandatario no dudó en cargar contra la Unión Europea por desestabilizar el mercado acarreando un incremento de los precios.
Sostiene que las restricciones de los hidrocarburos tendrán unas "consecuencias muy dolorosas", que afectarán sobre todo a los bolsillos. "Costarán mucho más a los consumidores", advirtió hace unos días.
Putin sabe que en el mercado hay alternativas al gas ruso, pero no cumplen con los objetivos de CO2 o no resultan del todo eficientes. Además, tienen un coste más elevado en comparación con el que ofrecen ellos.
Europa presenta una gran dependencia del gas de Rusia. Hay que darse cuenta de que el gigante Gazprom se encarga de facilitar casi la mitad del gas natural que llega al continente. Los que más uso hacen de él suelen ser Alemania, Bulgaria, Lituania, Estonia, Estonia, Eslovaquia y Austria.
El embargo por parte de la Unión Europea de este hidrocarburo supondría también un grave trastorno para Moscú. Económicamente dependen mucho de las exportaciones y perdería una importante fuente de ingresos. Por su parte, Europa precisa de este bien que escasea y que obligaría a las autoridades a buscar una alternativa.
En cualquier caso, resulta muy complicado encontrar un país que sea capaz de generar tanto gas como Rusia y de satisfacer las necesidades del continente. Una de las opciones a tantear es Noruega, que durante 2021 produjo casi cuatro millones de barriles de petróleo al día. Casi una cuarta parte del gas que recibe la UE procede de él.
No obstante, sigue estando bastante lejos de la producción de Rusia, que roza el 50%. La compañía noruega Equinor se encarga de exportar el gas a Francia, Países Bajos, Bélgica o Reino Unido. En estos momentos trabajan a su máxima capacidad, por lo que les resulta imposible reemplazar a los rusos.
El primer ministro noruego Jonas Gahr Store explicó que "suministran todo lo que pueden y hacen ajustes para suministrar aún más". Aclaró que "no podemos aumentar el volumen de forma significativa".
Mientras tanto, se han puesto sobre la mesa el nombre de otros países. Es el caso de Azerbaiyán, que dispone de elevadas reservas, o Japón, que se habría ofrecido para facilitar gas licuado.
Rusia ya piensa en reorientar sus exportaciones
En vista de las restricciones impuestas por Occidente, Rusia ya se ha puesto manos a la obra para reorientar las exportaciones. Tienen claro que deben enfocar el futuro hacia el mercado del sur y del este. "Partimos de la base de que en el futuro las entregas hacia el oeste van a disminuir", señala Putin.
Considera que los países de Asia serían una alternativa adecuada que "crecen rápidamente". Eso sí, para sacar adelante su idea es preciso poner en marcha una serie de infraestructuras que faciliten la exportación de hidrocarburos hacia estos territorios.
Estas medidas adoptadas por Occidente forman parte del paquete de sanciones que se han impuesto a Putin con motivo de la invasión de Ucrania. Buscan dañar la economía del país, que obtiene una elevada cantidad de ingresos procedente del gas y del petróleo.
Mientras tanto, el presidente de Rusia continúa con el conflicto bélico. Su objetivo prioritario es controlar el Donbás. La oposición de las fuerzas de Ucrania le han obligado a cambiar sobre la marcha los planes iniciales de hacerse con todo el país.