Déborah Fernández desapareció el 30 de abril de 2002 y fue hallada diez días después en una cuneta sin señales externas de violencia. Esther López desapareció el 13 de enero de 2022 y la encontraron muerta en una cuneta 24 días después, sin señales externas de violencia. Dos casos parecidos separados por veinte años.
De hecho, los casos se parecen tanto que la familia de Déborah Fernández-Cervera se ha pronunciado sobre el caso de Esther López. “Todo nuestro apoyo a esta familia”, publicaron en redes sociales. Y se hicieron eco de las palabras de la escritora Lucía Extebarría: “Por desgracia se parece mucho al crimen de Déborah”.
El caso de Déborah Fernández, ocurrido en Vigo hace 20 años, nunca se resolvió. El de Esther López sigue abierto, aunque la investigación sigue avanzando y podría haber novedades en los próximos días. Su muerte tiene en vilo a toda España y todos guardan "una esperanza": saber la verdad.
Las similitudes de los dos casos
En ambos casos la víctima es una mujer joven desaparecida estando sola y hallada muerta días después. Déborah Fernández era viguesa y tenía 22 años, cuando desapareció tras salir a correr. Esther López tenía 35 años, era vecina de Traspinedo (Valladolid) y se le perdió el rastro tras bajarse del coche de unos amigos.
Tanto Déborah como Esther fueron halladas sin vida en una cuneta varios días después de su desaparición. La viguesa estaba desnuda y cubierta con algunas hojas, a 40 kilómetros de su casa. La vallisoletana llevaba la misma ropa con la que desapareció, y estaba boca abajo a 700 metros.
Pero la principal similitud es que en ambos casos el cadáver fue movido de sitio con la intención de despistar a la policía. El escenario del crimen parecía cuidadosamente preparado en el caso de Déborah. En el de Esther aún no está confirmado, pero los agentes se inclinan por la hipótesis de que alguien movió el cadáver.
Sin signos externos de violencia
Además, en ambos casos los cadáveres no presentaban signos externos de violencia, así que inicialmente se barajó la hipótesis de una muerte natural. En el crimen de Déborah, una nefasta investigación plagada de errores concluyó que había muerto por causas naturales. De hecho, la familia aún lucha para que se sepa la verdad.
Afortunadamente, las técnicas de investigación han evolucionado mucho en veinte años y el caso de Esther López es diferente. Gracias a un TAC, los forenses han podido establecer la causa real de la muerte: traumatismos abdominales con hemorragia. Esta es la prueba que precisamente no se hizo en el caso de Déborah.
Pero la familia de la viguesa lo considera un crimen, y probablemente con las técnicas de hoy se hubiera podido demostrar. No se realizó ninguna exploración con escáner y el informe del forense sugirió una sofocación como posible causa de la muerte. Tras la exhumación, no se observaron signos de violencia.
Diferencias en la investigación
El caso de Déborah está a punto de expirar y todo apunta a que quedará como un caso sin resolver. El principal sospechoso sigue siendo un exnovio de Déborah, con el que quedó la misma tarde de su desaparición. Cuando los agentes fueron a su casa el maletero olía a podrido, pero no lo revisaron hasta ocho años después.
Además, en el caso de Déborah había indicios de que el cuerpo había sido conservado en frío durante los diez días de su desaparición. La fauna cadavérica encontrada en el cuerpo no coincidía con la de un cadáver de tantos días. A pesar de todas estas evidencias, no se investigó nunca como un crimen.
Los protocolos de investigación también han cambiado, por suerte, y hoy sería impensable una sucesión de errores tan flagrantes. De hecho, la Guardia Civil se ha volcado con el caso de Esther López y están empleando todos los recursos posibles. Todos los indicios apuntan a una muerte violenta, por crimen o atropello.
Esther López, ¿un caso sin resolver?
Las similitudes entre los dos casos arrojan una temible posibilidad: ¿puede ser el de Esther López, también, un caso sin resolver? Aunque la investigación ha estado marcada por los obstáculos y las contradicciones, parece que va camino de resolverse. Las opciones se han reducido a dos grandes hipótesis.
La principal, que se tratara de un crimen y Esther fuera golpeada en el abdomen. Hay otra, y es que fuera atropellada aquella misma noche y su cuerpo quedara en la cuneta. Sobre estas dos tesis están trabajando los agentes para acelerar la investigación y encontrar la verdad cuanto antes.
La investigación del caso Esther López está muy avanzada y es poco probable que quede sin resolver. En ambos casos ha habido sospechosos, que con el tiempo han quedado en libertad por falta de pruebas. Pero en el caso de Esther, a diferencia de Déborah, hay más medios y la verdad parece más cerca.