Tras recibir el visto bueno del Congreso, el plan de reforma de las pensiones del Gobierno de Pedro Sánchez ya está en marcha. Ahora falta por definir las medidas concretas, pero el gran reto está en conseguir la sostenibilidad del sistema público de pensiones en plena crisis. Para ello, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha planteado una serie de propuestas.
La aprobación el 19 de noviembre de las recomendaciones del Pacto de Toledo marcan el camino de las reformas que el Gobierno tendrá que ir implementando con los nuevos presupuestos generales del Estado.
Las recomendaciones incluyen el retraso en la edad de jubilación, el cambio del indicador para la revalorización de las pensiones, castigos para la jubilación anticipada y premios para el retraso de la edad efectiva de jubilación. Estas son las principales medidas que el Gobierno aplicará o quiere poner en marcha en 2021.
Retraso en la edad de jubilación
A partir de 2021 la edad de jubilación se retrasa a los 66 años para las personas que hayan trabajado menos de 37 años y tres meses. Para jubilarse a los 65 años hay que haber superado este período de cotización. En los años sucesivos irá aumentando el período. El objetivo es alcanzar en 2027 el mínimo de 38 años y 6 meses.
Con esta medida, el Gobierno pretende acercar la edad efectiva de jubilación a la edad legal. Actualmente, la media de la jubilación en España es de 64,6 años, un año antes de lo estipulado por la ley. Una medida que contempla el Gobierno es endurecer las jubilaciones anticipadas y ofrecer incentivos para las personas que retrasen su edad de jubilación.
Castigos a la anticipada, premios al retraso
La idea del Gobierno es establecer penalizaciones para los trabajadores que de forma voluntaria anticipen la jubilación. Jubilarse antes de lo que marca la ley conllevará una rebaja en la nómina, pero la cantidad aún no está estipulada y dependerá, en todo caso, del período de cotización y los años de anticipación.
Lo mismo al revés. Los trabajadores que retrasen la edad de jubilación recibirán una compensación de la Seguridad Social. El Gobierno estudia la posibilidad de ofrecer un 4% de bonificación por cada año retrasado, o la adjudicación de una cantidad una vez se produzca la jubilación, o ambas combinadas.
Ampliación del tiempo de cálculo
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, anunció su intención de alargar el período de cálculo de la jubilación de 25 a 35 años. Una medida que según los técnicos fiscales supondría una rebaja de 168 euros anuales de media por jubilado.
La viceministra económica, Nadia Calviño, confirmó que siguen negociando con los agentes sociales esta medida para llevarla a cabo. Se trata de una medida que a la práctica puede restar poder adquisitivo a los pensionistas porque al alargar el período de cálculo se cogen los primeros años donde las cotizaciones suelen ser más bajas.
Nuevo indicador de cálculo
En 2021 también se probará un nuevo indicador para revalorizar las pensiones: se vuele al IPC (Índice de Precios al Consumo). Hasta ahora se utilizaba un polémico indicador creado por el Partido Popular que suponía una mínima subida del 0,25%. A partir de ahora se calcularán las pensiones en relación con la subida o la bajada de los precios.
En 2021 las pensiones subirán un 0,9% pero los jubilados se quedarán sin la «paguilla», la compensación que el Gobierno prevé en caso de que los precios no suban como estaba calculado. Es el caso de este año, en el que los precios se han hundido debido al Covid-19.
Frenar la jubilación parcial
En 2021 también cambian los requisitos para acceder a la jubilación parcial, es decir, cobrar una prestación teniendo al mismo tiempo un trabajo a tiempo parcial. En este caso se retrasa a los 62 años y se endurece el acceso: solo podrán acceder a esta modalidad los mayores de 62 años que hayan cotizado como mínimo 35 años y tres meses. También se alarga hasta los 63 el acceso a la jubilación parcial para trabajadores con 33 años cotizados.