Víctor Sandoval, Kiko Matamoros, Lydia Lozano, Raquel Bollo y otros

'No vas a volver a pisar el plató de Sálvame'

El director de Sálvame arremete con dureza contra una antigua colaboradora

La dirección de Sálvame cierra las puertas a un posible regreso de una antigua colaboradora. Su paso por el programa no ha dejado buen sabor de boca. Así lo ha reconocido David Valldeperas.

La persona que no podrá volver al espacio vespertino de Telecinco es Carmen Borrego. Se marchó en 2019 agobiada por las críticas y por sentirse constantemente juzgada por los espectadores.

Desde que se fue hace un par de años del programa siempre se ha especulado con un posible regreso. Incluso ella se ha dejado querer en más de una ocasión, posiblemente por su situación económica.

En unas declaraciones realizadas a la revista Lecturas admite que no le importaría ocupar de nuevo un sillón en Sálvame. Esas palabras molestaron a algún antiguo compañero, entre ellos Kiko Hernández. Sin embargo, el más tajante fue el director del programa.

Hernández se quejaba de sus continuos intentos por regresar: "Que vuelvo, que no vuelvo", decía Kiko. Le preguntó a David Valldeperas si la dirección quería a Carmen Borrego y la respuesta fue clara.

Puso en boca del director las siguientes palabras. "No te quieren en este plató. No vas a volver a pisar este plató.

¡Aquí no te quieren ya!", le recordó.

Sálvame le ofreció un puesto hace poco a Carmen Borrego

A comienzos de año La Fábrica de la Tele le propuso a la hija de María Teresa Campos un puesto en el espacio. Sería como defensora de la audiencia, en un cargo que ya ocupó en su día su madre. El pasado mes de febrero, el propio Valldeperas anunciaba su incorporación.

El acuerdo estaba totalmente cerrado, según el director, pero ella dio otra versión muy distinta. Aseguró que eso no era cierto y que no hubo entendimiento.

El asunto quedó en punto muerto y al final el cargo se lo adjudicaron a Rocío Carrasco. En cualquier caso, ella no descarta volver a la que fuera su casa. Así lo dijo hace unas semanas en Viva la vida, donde colabora.

"Todo lo que sea una oferta que económicamente me pueda beneficiar, me viene bien", admitía. "Me interesé en el sentido de que me hicieron una oferta y yo necesito trabajar", confirmaba en la entrevista. Y es que colaborando solo fines de semana "no gano mucho dinero".

En Sálvame hay un compañero que no la quiere tener delante ni en pintura. Se trata de Kiko Hernández. En su día no ocultaba su sorpresa al escucharla.

"Antes siempre decía que no, que ni de coña. Antes era que horror, que asco, con esa gentuza...", explicaba. Se trataba de un tren que dejó escapar y que posiblemente no vuelva a pasar por delante de ella.

Tuvo opciones de reengancharse, pero por un motivo u otro, el acuerdo entre las dos partes no se alcanzó. La historia entre ambos parece que no tiene fin. Se trata de una relación de amor-odio.

Ella ha asegurado que se trata de "un programa muy difícil", porque "sabes que te van a caer por todos los lados". Esa crítica constante, sobre todo por parte de algunos compañeros, no le sentaba nada bien. Incluso reconoce que "si fuera capaz de tener el humor que tenía hace unos años, te puedo garantizar que estaría preparada".

En sus intervenciones durante los últimos meses tampoco ha dejado en buen lugar a Sálvame. "Intentas hacer las cosas bien y prepararte, y ellos te vuelven a hundir", confesaba. Se sentía despreciada, y eso es algo que no olvida.

Tiene la sensación de que llegado el momento "todo lo que hacía parecía que estaba mal hecho". Y su paso por el programa también le ha dejado secuelas: "Me he convertido en alguien que no era".

Carmen Borrego considera que lo que más gustó de ella en los inicios fue la espontaneidad, que es "algo que he perdido". También se siente condicionada por la opinión de sus seres queridos, sobre todo de su madre y hermana.

Sin embargo, la colaboradora parece que ha olvidado los malos momentos en el programa de Jorge Javier Vázquez. Hasta hace poco se mostraba dispuesta a volver al espacio diario. Sin embargo, se ha encontrado con las puertas cerradas para siempre.