Isabel Pantoja ha tenido que hacer frente a uno de los momentos más complicados de su vida: el fallecimiento de su madre, doña Ana Martín. Su estado de salud era bastante complicado, así que los expertos prepararon a la familia para asimilar la noticia.
Isabel Pantoja es consciente de su poder mediático, por lo que dio órdenes expresas a los médicos para que no trasmitieran ningún tipo de información. El parte de la enferma ha sido uno de los secretos mejores guardados, pues solo lo conocía la tonadillera y su hermano.
Agustín ha sido acusado de manipular a la cantante para convertir Cantora, finca que también pertenece a Kiko Rivera, en un búnker hermético. Nadie entraba ni salía del domicilio excepto ellos, comportamiento que despertó la curiosidad de la familia de doña Ana.
Magdalena Calvero, hermana de Ana Martín, mostró su descontento en los medios de comunicación, pues no conseguía contactar con ella. Isabel y Agustín no quería que ninguno de los familiares de su madre hablara con ella porque tenían miedo a que les traicionara.
Los últimos meses de vida Ana Martín han sido todo un misterio: encerrada en Cantora y con la única compañía de una cuidadora. Ni siquiera sus nietos, Kiko y Anabel, podían visitarla, pues ambos trabajan en televisión y eran bastante peligrosos para la intimidad de la matriarca.
Los hijos de doña Ana desconocían su enfermedad
Ana Martín tiene cuatro hijos: Bernardo, Juan, Agustín e Isabel. Los dos últimos son los más conocidos, pero los dos primeros también forman parte del universo Pantoja.
Juan, que se dedica a la música, y Bernardo, que no tiene profesión conocida, se han visto obligados a mantenerse en un discreto segundo plano. Ninguno de los dos ha recibido información de su madre, pues la tonadillera no quería que se filtrase nada.
Agustín Pantoja desconfía enormemente de su sobrino Kiko Rivera, de hecho se han demandado mutuamente y deberán verse en los juzgados. Esa es una de las grandes razones por las que no le avisaron cuando doña Ana Martín ingresó en el hospital.
Las paredes de Cantora esconden un gran secreto: el informe médico de la fallecida, documento al que solo han tenido acceso dos privilegiados. Agustín y su hermana han preferido afrontar solos esta batalla y no querían que nadie les visitara para darles apoyo
La familia de doña Ana Martín: “Quiero que me dejéis verla”
Isabel no solamente ha dedicado los últimos meses de su vida a cuidar obsequiosamente de su madre, pues tenía otra tarea pendiente. Su hijo advirtió de que el día en el que muriera doña Ana entraría en Cantora y cerraría la casa para siempre.
Recordemos que a Kiko Rivera también le pertenece un porcentaje de la finca, así que tiene el mismo derecho que su madre a vivir allí. La tonadillera está pensando en abandonar el país y empezar una nueva vida en México al lado de Agustín.
Los hermanos Pantoja se marcharán y se llevarán con ellos uno de los grandes misterios que atormenta a la familia de su madre. Nadie sabe por qué han impedido que Ana se relacionara con su entorno, pues siempre había sido una mujer bastante querida.
La primera en denunciar esta situación fue Magdalena, tía de la cantante: “Simplemente quiero que me dejéis ir a verla. Dudo mucho que mi hermana no os haya hablado de mí, siempre he estado buscándola, he sido su sombra”.
Anabel Pantoja se esforzó mucho para tener una buena relación con los habitantes de Cantora por una razón: seguir hablando con su abuela. Sin embargo, ella tampoco fue informada de su ingreso hospitalario y apenas tenía datos sobre su enfermedad.
La influencer sevillana iba a cancelar su boda porque estaba devastada tras el triste fallecimiento, pero ha recibido una llamada de Isabel. No ha sido consciente de todo lo que estaba pasando hasta el último momento, quizá tampoco se fiaban de ella.