Han pasado cuatro meses desde que Rocío Carrasco se convirtiera en toda una revolución. Su testimonio fue seguido por millones de espectadores y generó el conocido como 'movimiento fucsia', en homenaje al traje que lució durante el documental.
Convertida en todo un icono feminista y alzada como la portavoz de gran parte de las mujeres maltratadas, Rocío renacía como el ave Fénix. Un ser mitológico que lleva tatuado en la espalda y con el que se siente profundamente identificada.
Después de recuperar las fuerzas que necesitaba y quitarse el miedo que la atenazaba, la ex de Antonio David daba un paso más. Era hora de volver al trabajo y qué mejor forma que haciéndolo en el plató de Sálvame.
Se convirtió en la nueva defensora del pueblo con sección propia, dispuesta a dar voz a todas las críticas y lidiar con ellas. Sin embargo, todavía hay una cuestión a la que no se atreve a enfrentarse.
Ni rastro de Rocío Carrasco en las redes sociales
La madre de Rocío y David Flores ha llegado pisando fuerte. Se siente liberada y pletórica tras desenmascarar a su exmarido, al que eliminó de la esfera pública de un plumazo.
Ahora ya no tiene miedo y es capaz de plantarle cara a todo aquel que cuestione su historia, sin temblarle el pulso. Vimos su mejor versión ante Kiko Matamoros y Gema López, y su presencia en el programa de Jorge Javier promete dar mucho de qué hablar.
La nueva colaboradora ha demostrado que ha llegado para quedarse y ni el hecho de poder cruzarse con su hija por los pasillos, la atemoriza. No obstante, Rocío tiene una cuenta pendiente, un paso que no está dispuesta a dar y que nada tiene que ver con sus problemas familiares.
A pesar de haber contado el infierno que vivió junto al exguardia civil, todavía le queda una debilidad por superar. Y es que la hija de Rocío Jurado no tiene presencia en las redes sociales. El nuevo fichaje de Telecinco se niega a dar el paso de crear una cuenta oficial que le acerque a sus miles de fans.
Ninguna de las plataformas de moda como Instagram, Twitter o Facebook acaban de convencer a Rocío. No existe ni rastro de ella ni perfiles oficiales, exceptuando los clubs de fans que se han incrementado después de emitirse el documental.
Una manera de evitar una posible recaída
La empresaria no es ajena al revuelo que su reaparición televisiva ha generado. No en vano, existe un amplio debate sobre su historia y las opiniones son de lo más diversas.
Aunque se ha expuesto mediáticamente ante miles de personas, todavía no se encontraría con fuerzas para lidiar de frente con las críticas. Rocío, que está bajo tratamiento psicológico desde hace años, podría estar evitando las redes sociales solo por cuestiones médicas.
El anonimato que utilizan algunos perfiles permite a los usuarios atacar, insultar y hasta amenazar con total impunidad. La ex de Antonio David genera odio y amor a partes iguales, y exponerse a los seguidores es un precio demasiado grande. Un riesgo que no está preparada a afrontar y que podría costarle una recaída.
Si el teléfono de Hable con ella recoge miles de llamadas, ¿qué no provocaría un solo post de la hija de la Más grande?. Pero dejando a un lado lo duro que sería para Rocío enfrentarse cara a cara a sus detractores, lo cierto es que también obtendría beneficios.
Su faceta como influencer le reportaría un gran número de seguidores y la situarían como el perfil más destacado de estas plataformas. Convertida en todo un fenómeno televisivo, serían muchas las marcas dispuestas a pagar lo que fuera para que Rocío publicitara sus productos.
Una oportunidad que muy pocos dejarían escapar, pero que por el momento, prefiere mantener al margen.