El documental sobre la vida de Rocío Carrasco, ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’, está dando mucho que hablar desde que se estrenase el pasado mes de marzo, pero también está dejando más de un quebradero de cabeza a los protagonistas indirectos de la narración de la hija de ‘la más grande’.
La mujer de Fidel Albiac ha aireado ‘su verdad’ en televisión a golpe de talonario y ya son ocho los capítulos donde Rocío Carrasco ha contado sus penas, que lamentablemente se han cobrado más de una víctima desde el mes de marzo.
La primera de ellas fue, sin duda alguna, su exmarido Antonio David Flores. El ex Guardia Civil perdió su trabajo como colaborador televisivo en ‘Telecinco’ tras el estreno del documental sobre la vida de la hija de Rocío Jurado. Además, el marido de Olga Moreno también ha visto peligrar su economía por la falta de apoyo en las redes sociales a las campañas promocionales en las que participa desde hace tiempo.
En ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’ la hija de ‘la más grande’ le ha acusado, en más de una ocasión, de ser un auténtico ‘monstruo’ y ‘maltratarla’ tanto física como psicológicamente durante años. A pesar de todo, Antonio David Flores no cuenta con una sentencia que le condene por esos delitos que Rocío Carrasco le atribuye y sabe bien cómo defenderse.
La gran perjudicada con esta historia
Rocío Carrasco no ha parado de repetir en cada uno de los capítulos de la serie documental en la que relata su vida que ha tenido que recibir ayuda psicológica, algo que también le ha ocurrido en las últimas semanas a Raquel Mosquera.
La que fuese mujer del padre de Rocío Carrasco, el boxeador Pedro Carrasco, tuvo que ser ingresada de urgencia el pasado 14 de abril en el hospital madrileño Puerta de Hierro por culpa de un problema psicológico.
Tras la expectación y polémica generadas con la serie documental sobre la vida de Rocío Carrasco, en la que no deja en buen lugar a la peluquera, Raquel Mosquera sufrió un brote psicótico que requirió ingreso hospitalario durante varias semanas.
Tras casi 15 días de severa vigilancia médica, la peluquera salió de su estancia en el hospital, aunque todavía está algo delicada. Sin comerlo ni beberlo, Rocío Carrasco dejó a Raquel Mosquera a la altura del betún, algo que la peluquera trata de afrontar con la mayor de las fortalezas tras su paso por el centro hospitalario.
Su marido Isi se ha convertido en su mejor apoyo en estos tiempos tan convulsos y le ayuda en todo lo que puede para que, más pronto que tarde, su mujer recupere la normalidad a la que tanto la pareja como sus hijos estaban acostumbrados antes de que llegase el huracán Rocío Carrasco. De hecho, Isi fue quien acompañó al hospital a Raquel Mosquera la noche de su hospitalización y también el encargado de dar la última hora sobre su estado de salud durante los días que su mujer permaneció ingresada en el por su problema psicológico.
Ahora, Raquel Mosquera trata de olvidar todo lo malo que le ha traído el documental sobre la vida de la hija del que fuese su marido. Su deseo es estar tranquila y no tiene pensado conceder ninguna exclusiva ni entrevista sobre el documental de Rocío Carrasco.
De lo que menos ganas tiene ahora la peluquera es de revivir un tema que tanto dolor le ha causado a ella y a su familia. Raquel Mosquera quiere vivir en paz y seguir trabajando en su centro de peluquería y cuidando de sus dos hijos, Raquelita, fruto de su relación con Tony Anikpe, y Romeo.