Miguel Marcos es plenamente consciente de que su mujer atraviesa un momento muy delicado en Sálvame. Desde que se rompió la tibia y el peroné, Belén ha sufrido un bajón considerable en el programa. Su determinación de no hablar sobre algunos asuntos cruciales para el formato comienzan a pasarle factura.
Ya no engancha como antes y los espectadores comienzan a estar cansados siempre de los mismos temas. De ahí que nada más regresar los directivos le dieran un ultimátum: debe comenzar a aportar más al programa. La mujer de Miguel sabe que su puesto corre peligro y, sobre todo, que ya no goza de la protección de la productora.
Miguel Marcos está preocupado por el futuro de su mujer
La mujer de Miguel Marcos presiente que su final en Sálvame está cada vez más cerca. Su ausencia tras el accidente apenas modificó los datos de audiencia y su reaparición en el Deluxe tampoco varió los índices. Los 'belenazos' han pasado a ser parte de la historia de Telecinco y ya no pueden contar con la ex de Jesulín para salvar a la cadena.
Ya lo adelantó Kiko Matamoros en su entrevista para Lecturas donde aseguró que la carrera de Belén estaba acabada. Algo que no le sentó nada bien a la colaboradora consciente de que su compañero no iba mal encaminado.
"Belén Esteban, más que sumar, no vamos a decir que resta, pero que da igual. Digamos que, en ocasiones, es mejor que no esté", apuntaba Diego Arrabal. Según el paparazzi, la cúpula de Mediaset se ha hartado de la carta blanca de la que ha gozado durante años.
La crisis de audiencia en la cadena es más que evidente y Sálvame no se escapa de ella. De un tiempo a esta parte los datos son muy bajos y se han ido produciendo numerosos cambios tanto de parrilla como de trabajadores.
Belén tampoco es ajena a esta situación y sus jefes le han pedido que reaccione, "o te mojas o te quedas sin hueco en tu programa", asegura Arrabal.
Pero la mujer de Miguel siente que está atada de pies y manos por la promesa que le hizo a su hija. Cuando cumplió la mayoría de edad, le hizo prometer que no hablaría de ella y tampoco entraría en enfrentamientos con su padre. Sin saberlo, cerraba el grifo con el que durante más de 20 años ha estado ganando dinero.
Miguel Marcos sabe que ya no hay excusas
Miguel Marcos sabe que tarde o temprano la carrera televisiva de su mujer terminará. Belén ya no goza de la protección de sus jefes y se acabó para ella el no aportar nada en el programa. Hasta el momento, el hecho de que guardara silencio en según qué temas se lo habían permitido, pero eso se acabó.
No le pagan por estar en silencio y por merendar cada tarde, toca arrimar el hombro y aportar contenido. En este sentido, Kiko Matamoros contribuyó buscando polémica con Belén tras su entrevista en Lecturas.
Esto sirvió para un Deluxe donde ambos colaboradores se vieron las caras. No obstante, tampoco tuvo el interés mediático que se esperaba. Tan solo anotó un 10,4% de cuota de pantalla, muy por debajo de Antena 3 que consiguió un 19,6% con La Voz.
Septiembre ha sido el peor mes para Mediaset, que no logra enganchar a la audiencia. Sus realities no convencen y se acaban las ideas para remontar y poder superar esta crisis sin precedentes.
Veremos si Belén acaba siendo una víctima colateral de todo esto o si, por el contrario, opta por cambiar de actitud y romper su silencio.