Fabiola Martínez llevaba tiempo preocupada por el comportamiento de uno de sus hijos, y así se lo habría transmitido a Bertín Osborne. Se sentían un tanto desbordados por la situación y creían que debían tomar medidas drásticas con uno de ellos. En vista de eso decidieron ingresarlo en un campamento militar.
"Tengo a Carlos en un campamento, necesita un poco de disciplina", sorprendía hace unas semanas la venezolana. Sus palabras generaron bastante revuelo. No quiso aportar más detalles sobre lo ocurrido ni del sitio escogido para que el menor disfrutase de sus vacaciones de verano.
Sin embargo, ha sido Bertín Osborne el encargado de aclarar la situación del niño. Se encuentra en un centro situado en Navacerrada, en la sierra de Madrid. Allí trata de adquirir valores y mejores comportamientos al lado de veteranos de la Guardia Civil y de las Fuerzas Armadas.
Fue la manera que encontraron Fabiola y su ex para enderezar al joven. Al parecer, no hay espacio para los juegos, pero sí para la disciplina y el aprendizaje.
El cantante compartió una imagen con Carlos, en donde se le veía con el uniforme militar y posando ambos con la bandera de España. Orgulloso de él, escribió en sus redes sociales: "Aprendiendo valores". Los dos padres estaban de acuerdo en esta medida y no se muestran arrepentidos por ello.
En el campamento cívico-militar El Gran Capitán tienen claro cuáles son sus objetivos. "Enseñaremos a los jóvenes no solo aspectos propios de las Fuerzas Armadas, sino también maneras, formas y educación", apuntan. Conceptos válidos tanto para "dentro del cuartel" como para la "vida civil", recogen en su web.
Todo esto encaja con lo que demandaban Bertín Osborne y Fabiola Martínez. En dicho centro, el menor está aprendiendo "nociones prácticas y básicas de derecho, para que conozcan las reglas del juego en la sociedad".
Carlos está teniendo unas vacaciones un tanto particulares. Mientras que el resto de sus amigos pueden disfrutar de la playa, él se tiene que conformar con este campamento. Se encuentra en un parque natural protegido y dispone de una extensión de 42 hectáreas.
Como si del ejército se tratara, los inscritos duermen en habitaciones con literas, siempre respetando unas estrictas normas. No hay lugar para el entretenimiento. El precio por una semana de estancia es de 600 euros, una cifra asequible si se tiene en cuenta todo lo que se puede conseguir.
Los jóvenes realizan durante el día una serie de actividades, siempre adaptadas a sus condiciones físicas. Aunque parezca un campamento muy duro, en realidad no lo es tanto. Explican que los chicos "no harán ejercicios que sean inapropiados para su estado ni que sean especialmente extenuantes".
Saben que en primer lugar se encuentra la salud de los muchachos. Y tratan de ser muy cuidadosos con ello.
Bertín Osborne, encantado con la propuesta de Fabiola
Fabiola Martínez era consciente de que Carlos debía cambiar de actitud. Así se lo hizo saber a Bertín Osborne, que la apoyó en todo momento en sus decisiones.
En este espacio, que se encuentra muy cerca de la capital, esperan que orienten al chico por el camino correcto. Señalan que con sus actividades fomentarán "el trabajo en equipo y la camaradería". Pero su labor dentro del centro será muy variada.
"Coserán, lavarán su ropa, barrerán, vigilarán el sueño de sus compañeros. Y aprenderán a pertenecer y a deberse a alguien más que a sí mismos", señalan en el campamento. Ponen especial interés en el correcto trato con los compañeros y superiores, además del aseo personal y la educación.
Fabiola y Bertín Osborne confían en que salga reformado de esta experiencia. En cuestión de unos días se sabrá si han conseguido el resultado deseado.