Se avecina una tregua en todo el conflicto de Cantora. La muerte de doña Ana puede propiciar el ansiado acercamiento entre Kiko Rivera y su madre. Después de más de un año sin hablarse, el hijo de Paquirri entiende que "es momento de apartar ciertas cosas y tirar para adelante".
La decisión no ha sido nada sencilla para el hijo de Isabel Pantoja. Pero la pérdida de una persona tan importante en su vida como su abuela ha precipitado los acontecimientos.
Kiko entiende que ante esta situación todos los miembros de la familia deben estar a la altura y aparcar los rencores del pasado. Quiere dejar atrás de una vez por todas las tensiones y reproches procedentes desde Cantora.
Se pone en la piel de Isabel y sabe que está ante uno de los días más tristes de su vida. El fallecimiento de una madre resulta complicado de asumir. De ahí que su intención sea abrazarla nada más llegar a su casa.
Siempre dispuesto a ponerle fin a esta guerra que no conduce a ningún lugar. En cualquier caso, Kiko no se olvida que durante las últimas semanas le privaron de ver a su abuela y darle el último adiós. Tampoco se le facilitó información sobre su estado de salud.
En un audio remitido a Sálvame aclara que "he tomado una decisión porque no puedo estar aquí". Tenía intención de disfrutar de unos días de descanso en Canarias antes de acudir a la boda de su prima. Pero sus planes se han visto alterados.
Desconocían por completo cómo se encontraba doña Ana. La información que recibían los nietos les llegaba a cuentagotas, y casi siempre era a través de los medios de comunicación. Quizás por eso se desplazó hasta la isla para disfrutar del enlace de Anabel.
Ninguno de ellos era consciente de la gravedad de la situación. En otras ocasiones la abuela ya había pisado el hospital, pero nunca en un estado como el de ahora.
Kiko reconocía que "se me ha muerto mi abuela, pero a mi madre, sea de la manera que sea, se le ha muerto su madre". Con la voz entrecortada y visiblemente emocionado se escuchaba hablar al hijo de la Pantoja.
Anunciaba en ese audio cuáles eran sus intenciones con vistas a las próximas horas. "Voy a ir a Cantora, independientemente de si mi abuela está incinerada o no", aseguraba.
Otra cosa bien distinta es lo que pueda suceder una vez que llegase a la finca. Se podrían dar muchos escenarios.
Él tiene claro que su sitio en estos momentos es Cádiz y no La Graciosa. "Si me dejan pasar, le daré un abrazo a mi madre y me iré. Y si no me dejan pasar, iré igualmente", cuenta.
Kiko tenía claro que su sitio era Cantora
En todo momento Kiko Rivera muestra su intención de realizar un paréntesis en esta guerra que tantos dolores de cabeza le ha provocado. Así lo trasladó en un mensaje de Instagram nada más conocerse el fallecimiento de la matriarca. "Es momento de apartar ciertas cosas y tirar para adelante", advirtiendo que "ahí voy a estar".
Durante los últimos días ya había dejado entrever que tendría que tomar una decisión respecto a la relación con su madre. La delicada salud de doña Ana le invitaba a realizar un acercamiento. Al final, ha tenido que perder a una abuela para que haya una posible reconciliación.
El Dj viajó desde La Graciosa con Isa P, su prima Anabel y Raquel Bollo. La intención era llegar a Sevilla pasada la medianoche, para a continuación emprender rumbo a Cantora.
Volverá a verse las caras con Isabel, pero también con su tío Agustín. La relación entre ellos puede considerarse incluso más tirante. La última vez que coincidieron fue en un juzgado.
Ahora queda por comprobar cómo ha sido el recibimiento y si esta tregua es indefinida o solo durante unas horas.