Kiko Rivera trata de evitar el acercamiento con su prima Anabel. Llevan enfrentados desde su boda y los intentos de reconciliación han servido de poco. Pasaron de ser prácticamente hermanos a no dirigirse la palabra.
En alguna ocasión han llevado sus diferencias a los platós de televisión, sobre todo el DJ, que no dudó en tacharla de oportunista. Comprobaba como le sacaba partido económico a todos los conflictos familiares, algo que no fue bien visto por el hijo de la cantante.
Kiko se mantiene, por ahora, muy distante. Pese a que Anabel ha tratado de acercar posturas, él se mantiene en sus trece. Por "cabezonería" está poniendo las cosas complicadas, como admitió este fin de semana en Viva la vida.
Las fiestas más amargas para Kiko
Teme que estas sean unas fiestas muy complicadas para él. En primer lugar porque ya no estará su abuela. En él pese un cierto sentimiento de culpabilidad al estar alejado de doña Ana durante el último año.
Los problemas que arrastraba con su madre le impidieron acudir a Cantora a verla pese a su delicado estado de salud.
Admitía que también se le iba a hacer muy duro "sobre todo porque no voy a estar con mi prima ni con mi hermana. Las voy a echar mucho de menos". El hijo de Pantoja no atraviesa por su mejor momento, y aunque esté enfrentado con su familia, reconoce que siente mucho estas ausencias.
Hace unos días tuvo la oportunidad de reencontrarse con Anabel, pero por distintos motivos evitó el encuentro. Después de un tiempo se acabaría arrepintiendo de su decisión.
"Hay veces que la vida me plantea poner las cosas más difíciles. El otro día vino mi prima a mi casa a ver a mis hijas. Y yo soy un cabezota, estaba en mi cuarto haciendo mis historias del twitch y mis historias que hago para entretenerme", explicaba Kiko Rivera.
Estuvieron bajo el mismo techo, a apenas unos metros de distancia, pero ninguno hizo nada por acercarse. "Quizás por orgullo o porque no me apetecía en ese momento, no salí de mi cuarto. Ella tampoco entró", aseguró.
Con el tiempo se dio cuenta de que había cometido un error por no haber dado el paso de reencontrarse con ella. Confesaba un tanto arrepentido que "quizás le tendría que haber hecho caso a mi mujer y haber salido a hablar con ella".
El DJ no dudó en agradecer a su esposa todo el bien que le estaba haciendo en estos momentos. "Están siendo unos años un poco difíciles. Pasar más tiempo en mi casa me ha hecho reforzar la relación con mi mujer y con mis hijas", relataba.
Kiko Rivera no tiene previsto hacer las paces de momento
La mujer de Kiko Rivera también quiso dar su versión sobre lo acontecido entre los dos primos. Irene Rosales señaló que había pasado por unos años muy complicados en su vida, llegando a tocar fondo en lo anímico.
Ahora se enfrenta a una etapa más tranquila y sosegada tras superar la pérdida de sus padres. Confirmó que apenas mantiene trato con su suegra, pero sí que se lleva muy bien con Anabel, a diferencia de su marido.
"El hecho de que ella venga a ver a las niñas, no quiere decir que ellos fuercen una conversación. Creo que ellos debían hablar solos", considera la mujer del DJ.
Sin pretenderlo, ha comprobado como este conflicto familiar le ha "pasado factura" a la mujer de Kiko. "Le pedí a Anabel que a mí no me dijera nada. No quería que eso supusiera un problema con mi marido", aclaró en Vida la vida.