Poco se sabe de los hijos de Ana Rosa Quintana. El mayor, fruto de su relación con Alfonso Rojo, ya tiene 35 años. Pero Jaime y Juan, de 17 años, están considerados sus preferidos.
Tratan de pasar el mayor tiempo posible juntos. Ahora que han diagnosticado el cáncer a la periodista, se convertirán en sus mayores apoyos. El cariño que le han transmitido siempre sus pequeños le han ayudado a restablecerse de anteriores achaques.
Hace un par de años Ana Rosa hablaba de ellos. Se marchaba de vacaciones y desvelaba que no le daba "ninguna pena" dejar el programa. Quería disfrutar de una época de desconexión con ellos, con los que pasa menos tiempo del que le gustaría.
"Me tienen más mis compañeros que ellos", declaraba. Consideraba, por aquel entonces, que los jóvenes le necesitaban más que nunca, porque se encontraban en una etapa de su vida complicada. Estaban en plena adolescencia y las responsabilidades iban en aumento.
Juan y Jaime "ya no son tan peques". "Están tan altos como tú", le contaba a un periodista en la tradicional rueda de prensa para finalizar el curso televisivo.
Aunque los veía muy grandes, todavía tenía la impresión de que no habían madurado tanto. "Aún son muy infantiles", advertía. Hace un par de años les interesaban más los videojuegos que salir de fiesta con los amigos.
Ana Rosa Quintana encuentra en los mellizos mucho respaldo, sobre todo cuando sale de trabajar. Es durante la tarde cuando tiene la posibilidad de compartir un rato con ellos, pero también durante las vacaciones de verano.
Sospecha que ninguno de ellos tiene previsto seguir sus pasos en el mundo de la comunicación. Tampoco el mayor, Álvaro. "De momento a ninguno le interesa el periodismo, aunque aún son pequeños para saberlo", añadía.
Siempre ha estado muy pendiente de ellos. Así lo demuestra que hace tres años desvelara que había sufrido un primer episodio del cáncer en 2010. Sin embargo, optó por mantenerlo en secreto durante ocho años para que Juan y Jaime no sufrieran.
Ana Rosa, siempre bien acompañada
El marido de Ana Rosa, Juan Muñoz, será otro de los encargados de levantar el ánimo de la presentadora. Comenzaron su relación en 1997, y con el paso del tiempo se han convertido en una de las parejas más afianzadas de la prensa rosa.
Hace un año también sacaba a relucir el nombre de otro familiar muy importante en su vida. Se trata de su hermano Enrique. En el transcurso de un debate sobre la guerra de Cantora entre Kiko Rivera y su madre quiso acordarse de él.
"A mí, mi hermano me dice que va a demandar a mi hijo, y vamos, le tiro por la ventana", apuntaba. Confesaba que el suyo "nunca me lo diría porque es adorable, que ha venido a verme esta mañana y me ha dado un beso".
Tras detectársele de nuevo un cáncer, Ana Rosa ha decidido parar. Al contrario que en la otra ocasión, quiere tener más tiempo libre y centrarse en la recuperación. Está más tranquila y confiada.
Sabe que se ha puesto en manos de los mejores profesionales. Y en muy poco tiempo volverá a disfrutar de su otra gran pasión: la televisión. Mientras tanto, procurará disfrutar de sus seres queridos.
El programa matinal de Telecinco ocupa ahora un lugar secundario en su vida. Quiere evitar el estrés que conlleva ponerse delante de las cámaras tantas horas al día. Su intención es seguir trabajando, pero en su productora, y a un ritmo menos intenso.
Sus compañeros Joaquín Prat y Patricia Pardo se mostraron destrozados con la noticia de la enfermedad. Ellos tendrán ahora la difícil misión de sustituirla.