Carlota Corredera consiguió ganarse en muy poco tiempo el cariño del público cuando empezó a ponerse delante de las cámaras. Con el paso de los años, los espectadores le han ido dando la espalda, como demuestran las críticas y los datos de audiencia de Sálvame.
Desde muy pequeña tenía claro que quería dedicarse al mundo de la comunicación. Luchó por conseguir su sueño y en la actualidad es una de las periodistas más populares de este país. E incluso se ha atrevido con los libros.
Ha escrito varios, entre los que se encuentra Tú también puedes, en donde Carlota ha narrado algunos capítulos desconocidos de su vida. La muerte de su padre y de su hermano Fernando cuando apenas tenía 18 años le han marcado de por vida.
La viguesa también habla de la difícil relación que tiene con la comida. Es un problema con el que lleva luchando desde muy joven. Recuerda que inició su primera dieta con apenas ocho años, principalmente porque ganaba peso con demasiada facilidad.
Ya en edad adulta, la alimentación se convirtió en el refugio perfecto para combatir las situaciones tan complicadas que se le presentaban en la vida. Recuerda como las muertes de estos dos familiares le acabaron hundiendo.
"La enfermedad de mi padre justo después de llegar a Santiago para estudiar Periodismo fue un terremoto devastador que sacudió mi mundo", dijo. En el libro explica que la comida le ayudó a "sobrellevar el miedo y el dolor".
Con apenas 18 años recibió la noticia de que su progenitor tenía pólipos en el colon, y aquello "no tenía muy buena pinta". Fue intervenido quirúrgicamente y estuvo dos años luchando contra la enfermedad, pero finalmente acabaría falleciendo.
Carlota Corredera explica que aquella pérdida "nos dejó más que huérfanos. Nos quedamos sin guía, sin brújula, sin nuestro héroe". Tenían la certeza de que "saldría adelante, en que se curaría".
Pero no fue el único mazazo que recibió en aquella época la presentadora viguesa. Tuvo que hacer frente también al fallecimiento de su hermano pequeño Fernando. Murió en un accidente de tráfico con solo 18 años.
Solo había pasado un año desde que pereciera el cabeza de familia. "Fue tan inmensa e insoportable la tristeza, que pensé de verdad que era nuestro final", señala. Pensaba que "nunca saldríamos del pozo negro en el que nos habíamos quedado".
Relata que al día siguiente de esparcir las cenizas de su hermano en la ría de Vigo, trataron de poner el contador a cero. "Mi madre levantó la persiana de su habitación y nos dijo a sus hijos que había que seguir viviendo por nosotros, por ellos", apunta.
En dicha publicación se desvela que la presentadora de Sálvame sufre una enfermedad crónica: el síndrome de Hashimoto. Es una especie de hipotiroidismo crónico. Ningún médico ha sido capaz de aclarar el origen de esa dolencia.
Lo más probable es que se trate de un problema provocado por las continuas bajadas y subidas de peso de las dietas. Eso le pudo pasar factura a sus tiroides.
Carlota Corredera, más enamorada que nunca
Hay otro capítulo desagradable de su vida que le persigue. Es que cuando le detectaron un teratoma en la primera revisión ginecológica. Carlota Corredera cuenta que "me lo extirparon junto con medio ovario derecho en una operación que nunca olvidaré".
Pero no todo son malas noticias en la vida de la gallega. Hace unos años encontró en el trabajo al amor de su vida.
Se trata de Carlos, un operador de cámara muy discreto, con el que se casó en junio de 2013. Se dieron el 'sí, quiero' en la azotea del hotel Gran Vía 2.
Dos años después de contraer matrimonio, Carlota se convertiría en madre de una niña llamada Alba. Durante el periodo de gestación llegó a ganar 50 kilos.
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