Isabel Pantoja lleva un año guardando silencio por dos motivos: su estado tras la guerra con Kiko Rivera y su preocupación por doña Ana. La madre de la tonadillera ha estado bastante enferma en los últimos años y sus allegados no querían empeorar la situación.
Doña Ana Martín ha fallecido dejando a la viuda de Paquirri más sola que nunca, pues siempre estuvieron unidas y disfrutaron de un vínculo especial. La matriarca de los Pantoja tuvo que sacar adelante a su familia, pues su marido falleció cuando la cantante y sus hermanos eran pequeños.
Isabel siempre ha presumido de que su madre era una mujer muy trabajadora y que jamás se vino abajo tras la muerte de su esposo. Ambas estaban unidas por la tragedia, así que la tía de Anabel no tardó en compensar a Ana con valiosos regalos.
Siempre se ha contado que Ana Martín estaba empeñada en que su hija se casara con alguien importante, algo que terminó consiguiendo. La cantante de Marinero de luces contrajo matrimonio con el torero más importante del momento y todos salieron beneficiados.
Isabel Pantoja ha cuidado a su madre hasta el final, de hecho vivía con ella en la finca que heredó de su difunto marido. Ana dejó atrás su vida humilde para abrirle las puertas a un mundo lleno de lujos, caprichos y atenciones por parte de su hija.
Doña Ana jamás supo que Isabel estuvo en la cárcel
Agustín Pantoja es la única persona a la que Isabel le ha permitido estar cerca de la matriarca, pues siempre ha intentado protegerla. Admira su espíritu luchador y ha hecho todo lo posible para que la gente recuerde a Ana con una sonrisa en el rostro.
Las apariciones de la suegra de Paquirri no han sido numerosas, pero la prensa conoce sus secretos y los han sacado a la luz. Jamás se enteró de que su querida hija estuvo en prisión, pues le dijeron que debía marcharse a hacer una gira.
La vida de doña Ana Martín estuvo marcada por la pobreza, ella era frutera y con su salario debía mantener a toda su familia. Por ese motivo, en cuanto Isabel despuntó en el mundo de la música y comenzó a ganar dinero, ella también disfrutó de su fortuna.
Hay muy poca gente que habla bien de la Pantoja, pero lo cierto es que con su familia no ha podido ser más generosa. A su hermano Bernardo le dio una casa, a su hermano Juan un trabajo y a su madre la ha colmado de mimos y lujos hasta el final de sus días.
Ana Martín, la pesadilla de Chabelita, tenía costumbres extrañas
Isabel comparte con su madre una infinidad de vivencias, todas ellas relacionadas con el dolor: la viudedad, la pobreza y el sufrimiento. Esa es una de las razones por las que nunca ha dejado que nadie atente contra su bienestar, ni siquiera su propia hija.
Chabelita denunció públicamente que no se sentía cómoda con su abuela, pues consideraba que por ser adoptada era un familiar de segunda. La hermana de Kiko nunca entendió por qué recibía tantos desplantes y terminó por cortar su relación con la difunta.
Doña Ana siempre ha sido un personaje bastante hermético, así que la prensa se ha tenido que esforzar mucho para saber de ella. En gran parte de sus apariciones iba vestida de un luto riguroso que llamaba la atención de todos, pues se quedó viuda hace muchos años.
En 1974 falleció su marido, padre de Isabel, y desde entonces solo ha tenido un objetivo: proteger a la tonadillera de las malas compañías. Se dice que no estaba de acuerdo con la amistad que su hija mantenía con Encarna Sánchez, motivo por el que se enfrentó con ella.
Kiko Rivera confesó hace unos meses en el plató del Deluxe que tanto su abuela como su tío tenían un comportamiento extraño. Insinuó que ambos trataban a Chabelita de una forma muy despectiva, incluso racista.