Isabel Pantoja se encuentra inmersa en cuidar y acompañar a su madre Doña Ana tras sus problemas de salud.
La vida está empeñada en darle duros golpes a Isabel Pantoja. Cada semana se enfrenta a un nuevo reto que pone su estabilidad emocional en la cuerda floja y aseguran que la tonadillera está al límite.
Los últimos meses están siendo especialmente duros para ella y cada vez su situación se complica más. Tras la emisión de La Herencia Envenenada su situación personal e íntima se ha tambaleado constantemente.
La mala relación con sus hijos, las polémicas sobre su relación con sus hermanos o la muerte reciente de una amiga están devastándola. Además, su forma de gestionar todos los sucesos es contraproducente para su bienestar.
Hace unos días saltó otra noticia que puso en alerta a la cantante. Doña Ana, de 90 años de edad, ha tenido complicaciones en su estado de salud y su pronóstico es más grave de lo esperado. De hecho, muchos rumores aseguran que la situación es bastante crítica.
La dedicación que tiene la artista por su madre ha hecho que muchas personas de su entorno estén muy preocupados por ella.
Isabel Pantoja, al borde de caer rendida ante el agotamiento
La pasión que siente la tonadillera por su madre es algo más que sabido. Durante todos estos años, se ha mostrado muy activa en la protección y ayuda de esta llegando incluso a desatender otros compromisos para velar por el bienestar de Doña Ana.
Esto se ha convertido desde hace mucho tiempo en su mayor preocupación. Han sido varias las veces que han tenido que acudir a un hospital por problemas de salud e Isabel no ha dejado de estar al lado de su madre.
La semana pasada saltó la noticia de un nuevo ingreso y esta vez más grave que en las anteriores ocasiones. Ambas están atravesando un momento delicado y están siendo arropadas por su entorno más cercano.
Este mismo se ha mostrado muy preocupado y ha encendido todas las alertas tras la actitud que está teniendo la tonadillera. Aseguran que no se separa de la ingresada ni un solo segundo y está desatendiéndose a sí misma.
Aseguran que está tan volcada en Doña Ana que no se permite descansar ni un solo segundo. De hecho, confirman que no sale del hospital para nada ni para asearse ni para descansar un rato en su casa.
El único rato que se permite descansar es cuando baja a la cafetería para comer algo o tomarse un café rápido. Además, en las escasas ocasiones en las que baja de la habitación se turna con su hermana Agustín para no dejar sola a Doña Ana.
Sus amigas más íntimas aseguran que evita separarse de su madre y se ha convertido en su máxima preocupación. Estas son las encargadas de acercarle al hospital la ropa, los neceseres y la medicación que necesita.
Tal es el desapego que ha sentido por sí misma que no saca ni un segundo para tomarse su medicación o descansar un rato.
A pesar de la gravedad de la situación, este lunes ha supuesto un alivio para la tonadillera. Fuentes cercanas han asegurado que el estado de salud de la matriarca ha mejorado un poco e incluso ha conseguido comer algo.
Aun así, todavía quedan algunos días de recuperación y de estar presente en el hospital. Isabel se apoya en su hermano y amigas, ya que sus hijos y sobrina no se han personificado.
Sin duda, la vida se está cebando con la artista y no está teniendo un rato para relajarse o reponer fuerzas. Esperamos que Doña ana se recupere con rapidez y esta situación preocupante acabe cuanto antes.