La recta final de Supervivientes 2022 ya ha comenzado. Los concursantes se han tenido que enfrentar a decenas de situaciones complicadas durante estos meses en Honduras. No obstante, para Anabel Pantoja una de las más duras ha sido subirse al conocido puente de las emociones, que no ha dejado indiferente a nadie.
Una prueba dolorosa y complicada
No es fácil estar alejado de los suyos, sin prácticamente comida y con altas temperaturas. No obstante, los concursantes de la última edición de Supervivientes tratan de llevarlo lo mejor posible. Saben que la final está cerca y todos quieren alzarse con el premio.
Para ello han pasado numerosas pruebas y todavía les quedan unas cuantas más. Sin embargo, hay una que especialmente les resulta complicada todos los años, el puente de las emociones. Subirse a esta pasarela implica abrirse en canal y remover el pasado.
Esta vez le ha tocado el turno a Anabel Pantoja. La joven trataba de mantenerse fuerte y entera a la vez que hacía autocrítica de sí misma sobre las tablas de este puente emocional. Sin embargo, conforme fue acercándose al centro de la pasarela, llegó el llanto y el arrepentimiento.
Los conflictos familiares, su problema más angustioso
La joven se derrumbó en segundos al pensar en su familia. Confesó lo difícil que es estar en medio de las polémicas entre los miembros del clan Pantoja.
"Es muy duro que cada vez que tenga que ir a ver a mi familia necesite cinco días y no poder reunirme con todos juntos", señaló la concursante.
Además, Anabel Pantoja destacó la especial decepción con uno de sus más allegados, su primo Kiko Rivera.
"Para mí ha sido un hermano y hace muchísimo tiempo que no le veo, creo que nos hemos decepcionado los dos. Sabe que soy su prima de toda la vida y hay cosas que no me cuadran, porque podría haber estado ahí”, comenzaba diciendo la superviviente.
“Siempre he querido el bien para él y que no le roce ni el aire, y me gustaría que lo hubiese valorado", le reprochó Anabel a su primo.
Lo cierto es que también destacó su decepción con ella misma por haber “fracasado en el amor”. Y es que su matrimonio con Omar Sánchez duró tan solo unos meses.
En cuanto a arrepentimiento, Anabel Pantoja también se lo quiso dedicar a ella misma.
"Me arrepiento de no haber mirado mucho por mí. Tú das muchas cosas a mucha gente, me he preocupado muchísimo. He ocupado mi tiempo libre para los demás, pero no he luchado por lo que yo quería”, señalaba la concursante.
“Pero tengo tiempo, soy joven todavía, y lo que me quede voy a mirar por mí", añadió.
Supervivientes ya no puede tapar más la enfermedad de Anabel Pantoja
Sus sentimientos, cruciales en su concurso
De paso, la sobrina de Isabel Pantoja aprovechó el momento para pedirle perdón a su familia y a su ex. Reconoció haberse dejado llevar por el corazón y vivir con naturalidad y libertad su romance con Yulen Pereira.
"Me arrepiento de no haberme cortado en lo que sentía, pero he mirado por mí", subrayó subida en la pasarela emocional.
A Anabel Pantoja le tocó hablar también de la soledad y nuevamente se nombró a ella misma.
"He estado siempre rodeada de gente que me quiere, pero me he encontrado muchas veces, muchas noches, muchas tardes y muchos fines de semana, sola", apuntó.
La final del puente de las emociones quiso dedicársela a su madre. Según la joven nunca le ha dado el sitio que verdaderamente le correspondía, cediéndoselo a otras personas en su lugar.
Sobre su padre también se pronunció. En un primer momento le reprochó no haber escuchado nunca un “lo siento” de su boca. Después, reveló que a pesar de todo había aprendido a vivir a su lado y quererlo cada día más.