Ana Soria saltó a la fama tras empezar una relación con el torero Enrique Ponce y desde entonces se ha convertido en un rostro poderoso. Quiere estar lejos del ruido mediático, pues no se siente cómoda teniendo que responder a ataques que considera injustos.
Ha tenido muchas oportunidades de hablar en platós de televisión y revistas, pero lo único que quiere es ser discreta y disfrutar del maestro.
Ana Soria seguía la trayectoria profesional de Enrique Ponce antes de empezar a salir con él, así que es una de sus más fieles seguidoras. Sin embargo, le convenció para que se retirase temporalmente, pues estaba cansada de la presión mediática y no sabía cómo actuar.
El exmarido de Paloma Cuevas cumplió los deseos de su novia y desde entonces disfruta de una vida mucho más tranquila.
Ana es estudiante de derecho, pretende convertirse en una gran abogada y sabe que su futuro en el mundo de las leyes puede ser prometedor. Por ese motivo es tan importante que Ponce sea discreto y que intente pasar inadvertido a no ser que sea estrictamente necesario.
El torero necesita trabajar y pensó que lo más correcto era regresar a las plazas, pero su pareja le ha hecho cambiar de opinión.
Ana sabe que si Enrique vuelve a torear ella regresará al foco mediático y en este momento no se siente preparada para luchar. Tiene muchos detractores, pues algunos periodistas le han culpado del sufrimiento de la empresaria Paloma Cuevas.
Sin embargo, la joven no ha tenido nada que ver en este despropósito y jamás ha hecho nada que pueda perjudicar a su gran rival.
Enrique se ha dado cuenta de que Ana Soria tiene razón, así que ha pensado que lo mejor para ambos es seguir manteniendo un perfil bajo. Pero necesita ganar dinero, motivo por el que no ha parado hasta encontrar la forma de trabajar siendo discreto.
Según el programa Viva la Vida, ha puesto en alquiler la finca que tiene en Andalucía por un precio de 5.000 euros diarios.
Ana Soria, asombrada por el nuevo negocio
Ana pertenece a una familia acomodada, así que no se sorprende con las riquezas de su novio y desconoce muchos detalles de su economía. No era consciente de que La Cetrina, la finca que Enrique tiene en Jaén, era una propiedad tan lucrativa.
El torero la ha intentado vender, pero no conseguía el dinero suficiente y ha pensado que lo mejor es alquilarla.
Enrique Ponce ha puesto su finca a disposición del público, pero ha fijado unas normas muy claras para el uso y disfrute de la misma. Quien tenga el dinero necesario podrá disfrutar de la piscina, de los jardines, del salón y de cuatro dormitorios. El resto de la propiedad queda reservada para Ponce, quien no quiere compartir ciertos detalles de su intimidad.
Ana Soria se ha quedado sin aliento al descubrir la idea de su novio y, según Viva la Vida, ve con buenos ojos este negocio. Les permitirá ganar dinero de forma rápida y no tendrá que regresar a primera línea ahora que están en boca de todos.
Muchos periodistas aseguran que la pareja está viviendo una crisis bastante complicada que podría terminar en tragedia.
Enrique Ponce vuelve a hacer feliz a Ana
Ana Soria apostó por Enrique, empezó una relación con él y soportó que los espectadores le acusaran de atrevimientos muy serios. Algunos medios insinúan que empezó a conocer al torero cuando este seguía casado con Paloma Cuevas, pero nadie ha demostrado nada. Ponce le dio la mano a su novia y se mudó con ella a Almería, donde viven cómodamente.
Soria prefiere que el maestro no vuelva a los ruedos y él ha cumplido con estos deseos, pues sigue completamente enamorado. Fuentes cercanas desmienten la supuesta crisis y garantizan que están en un buen momento sentimental. Han formado un buen equipo y nada les hará tomar caminos separados, al menos por el momento.