El salario mínimo subirá 15 euros desde el 1 de septiembre. El Ministerio de Trabajo ha llegado a un acuerdo con los sindicatos, aunque no con la patronal. Los empresarios se muestran contrarios a esta decisión al entender que puede tener importantes consecuencias como la destrucción de empleo.
Por lo tanto se situará este año en los 965 euros, distribuidos en 14 pagas, como adelantó la Cadena Ser. Esto implica una revalorización del 1,6%, que supone una cifra muy similar a la que se está firmando en la mayoría de convenios colectivos.
La intención es que el salario mínimo llegue a los 1000 euros el próximo año, mientras que en 2023 pasará a 1060 euros al mes.
El Gobierno siempre se había fijado como una prioridad la actualización del SMI, considerando de "imprescindible" la subida. El socialista Héctor Gómez dijo que "nuestra voluntad es que se alcance un acuerdo en el diálogo social. Pero creemos que es imprescindible seguir en la línea del incremento del salario mínimo".
Sin embargo, ante la falta de acuerdo entre las tres partes, el Ejecutivo ha optado por tomar la iniciativa. Entienden que con esta medida se busca "mejorar el mercado laboral", que "en determinados territorios es excesivamente vulnerable". Las secuelas de la pandemia todavía están muy recientes, y tanto empleados como empresas lo han sufrido con dureza en primera persona.
Explican desde las filas socialistas que "vamos a actuar con compromiso y responsabilidad. Vamos a ejecutarlo, con prioridad en el marco del diálogo social".
Un salario mínimo con detractores
Desde un primer momento la patronal se ha mostrado contraria a la subida del salario mínimo. El presidente de la CEOE sostiene que "nosotros estamos con la gente débil". Entre ellos con "la gente del campo, con las muy pequeñas empresas que no están dentro de la negociación colectiva".
Entienden que esta medida "realmente les puede hacer mucho daño". Garamendi señaló que este incremento salarial que se pactó en la negociación colectiva es del 1,5%. Esto implica una quinta parte de los convenios que se han rubricado, es decir, el 21%.
La negociación, aseguró en una entrevista en Intereconomía, se está firmando con los salarios congelados. Puso como ejemplo el convenio de la hostelería en la capital.
La patronal insiste en las dificultades que están sufriendo tanto las pymes como los empresarios. Quiso referirse Garamendi a la situación de las compañías adjudicatarias de los contratos públicos. Explicó que las administraciones no están revisando las condiciones de los acuerdos con estas sociedades cuando elevan el salario mínimo.
Descartó en todo momento que la CEOE haya solicitado que la subida del SMI fuera por provincias. Quiso destacar que el salario mínimo ya representa más del 60% del salario medio en muchos lugares del país.
El día que se da a conocer el aumento de esta variable, también se desvelan los datos del coste medio por trabajador. Según el INE sufrió un repunte del 13,2% en el segundo trimestre de 2021 en comparación con el mismo periodo del año pasado. Esto le ha llevado a situarse en 2766,39 euros.
En cualquier caso, recuerdan que la comparación se realiza con un periodo de tiempo que estuvo marcado por la crisis económica. Fue cuando empezaron a notarse los efectos de la pandemia, que golpeó con gran dureza al ámbito laboral.
En ese segundo trimestre de 2020, el coste por trabajador se redujo un 8,3%, que supuso la mayor caída en 20 años. En gran parte esto fue motivado por la entrada de muchos empleados en expedientes de regulación temporal de empleo.
No son remunerados como salarios, sino como prestaciones por parte del Servicio Público de Empleo.