Esta semana era noticia el intento del ministerio de Sanidad para establecer unas restricciones comunes en toda España de cara a la Semana Santa. Este jueves, se daba a conocer un documento aprobado en la Comisión de Salud Pública, aunque con el voto en contra de Madrid, que confirmaba las limitaciones a la movilidad y como queda establecido el toque de queda.
Si bien es cierto, que no tuvieron que pasar muchas horas para que algunas de las comunidades autónomas se hayan desmarcado del teórico acuerdo, que todavía tiene que ser refrendado el próximo miércoles. Concretamente, se espera que los diferentes consejeros de Sanidad den su sí en el próximo Consejo Interterritorial de Salud.
Pero es que además de ese plan, los técnicos de Sanidad estarían trabajando en un nuevo documento que fije ciertos criterios comunes en toda España para fijar las restricciones en bares y restricciones. Sería un plan con obligaciones y no recomendaciones como se había hecho hasta ahora, según explicaba 'La Vanguardia'.
En este sentido, se establecería una especie de semáforo según el nivel de riesgo de cada comunidad. Según este plan, el interior de los bares se debería producir cuando se supere una incidencia acumulada de 150 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días, es decir, cuando se esté en riesgo alto. A partir de este indicador, seguirían abiertas las terrazas, aunque con una limitación de horarios y de aforo.
Por otro lado, otra de las medidas que estarían recogidas en este plan es la de no permitir el consumo en barra hasta que no se haya bajado de los 25 casos por cada 100.000 habitantes. Además se establecería un baremo general para el cierre total de la hostelería y la restauración: una incidencia de 500 casos.
Un texto para evitar problemas judiciales
Uno de los hechos que habría llevado a Sanidad a tomar está decisión es evitar las dificultades con las que se han encontrado algunos gobiernos autonómicos con estas medidas. Y es que hay que recordar que a principios de febrero, un tribunal tumbaba el cierre de bares y restaurantes que había impuesto el País Vasco a todos sus municipios con más de 500 casos por cada 100.000 habitantes.
Los jueces aseguraban entonces que no veían «con claridad la influencia de la apertura de los establecimientos hosteleros con el elevado nivel de incidencia del virus» y que no había evidencias científicas para tomar esa medida. Es por eso que en el texto de la Comisión de Salud Pública se utiliza lenguaje científico para justificar su decisión y que ningún juez pueda recurrirla.
Entre otros argumentos, se utiliza un estudio publicado el pasado mes de enero en la revista 'Nature'. Este analizaba el riesgo de contagio en diferentes tipos de establecimientos comerciales, teniendo en cuenta el número de personas que había en su interior y su tiempo de estancia. En concreto, se estudió locales como bares, gimnasios, hoteles o iglesias de Estados Unidos entre marzo y mayo de 2020.
Y los resultados a los que llegaba no podían ser más esclarecedores. Volver a abrir restaurante y bares, tras un periodo de cierre, es la medida que más contagios provoca seguida de la reapertura de gimnasios, los hoteles y los lugares de culto. Además, está investigación recoge que del 80% de las trasmisiones se producirían en un 10% de los locales con más transmisión.
Por otro lado, este estudio también demostraría la eficacia de la limitación de aforos. Solo por mantener un aforo al 20% se reducen hasta un 80% las transmisiones. Estas bajaban un 50% con un aforo del 35%.