Tras lo visto en las últimas horas, parecía que el Gobierno iba a tener otra vez problemas para aprobar un conjunto de medidas para todo el país para evitar la movilidad, y por lo tanto los contagios, durante un período vacacional, en este caso la Semana Santa. Finalmente, pero, tras el anuncio ayer de la ministra de Sanidad que este jueves se reuniría la Comisión de Salud Pública, parece haberse llegado a un acuerdo inesperado, aunque es cierto que sin el voto favorable de Madrid.
Llos representantes de Sanidad todas las comunidades y ciudades autónomas, además del ministerio, han acordado este jueves que habrá cierre perimetral en todas las comunidades autónomas entre el 26 de marzo y el 9 de abril. Durante estos días también habrá un toque de queda nocturna de las 22 a las 6 horas durante toda la Semana Santa.
El ministerio de Sanidad confirmaba en un comunicado que el acuerdo será ratificado el próximo miércoles en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS). Aunque es cierto que contará con una novedad respecto al texto inicial. La falta de acuerdo ha llevado a eliminar la recomendación de que los estudiantes universitarios que residan durante el curso académico en otra región no puedan volver a su lugar de residencia.
El texto recomienda evitar «viajes no necesarios» y solicita a los gobiernos autonómicos que no bajen «el nivel de alerta» las dos semanas previas al inicio de Semana Santa «aunque los indicadores sean favorables» y «mantener las medidas establecidas en ese momento».
Solo se podrá viajar con las excepciones habituales
Aunque se apruebe el cierre perimetral de todas las comunidades autónomas, seguirán vigentes las excepciones ya reguladas por el actual Estado de Alarma. Entre ellas está el «retorno al lugar de residencia habitual o familiar» o las causas de fuerza mayor. Una de las recomendaciones que se hacen es que quién tenga que viajar se realice una PCR o test de antígeno antes del viaje o a la llegada.
El ministerio y las consejerías de Sanidad han acordado no celebrar eventos masivos «de cualquier índole que impliquen aglomeración o concentración de personas», en clara referencia a las procesiones. «Las ceremonias en espacios cerrados seguirán las normas de aforo y otras medidas establecidas según el nivel de alerta de cada comunidad autónoma», recoge el texto.
Además de estas nuevas restricciones, se plantea un límite máximo en reuniones de «4 personas» tanto en interiores como exteriores. Junto a esto, se desaconseja «expresamente» la celebración de encuentros sociales en los domicilios o en otros espacios cerrados con no convivientes.
Otro de los puntos acordados, es llevar a cabo una campaña institucional para evitar la relajación durante estas vacaciones. 'No "salvamos semanas", salvamos vidas', es el nombre de la misma. «Este esfuerzo debe incluir la integración en las estrategias de comunicación de elementos dirigidos a reducir el impacto de la 'fatiga pandémica' en las medidas de control y plantear los escenarios de riesgo previstos incluyendo la esperanza que aportan los buenos resultados de las vacunas utilizadas para el control de la epidemia», finaliza el texto.
Madrid, una vez más las nota discordante
Como comentábamos, Madrid habría sido la única que se habría mostrado en contra de esta serie de medidas a nivel nacional. La propia presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso se había mostrado en contra diciendo que era todavía pronto para tomar una decisión como esta y que realmente «cerrar por cerrar» no servía para nada.
Su postura era que este tipo de medidas «no han impedido una tercera ola» e insistía en su estrategia de «estar informados permanentemente para tomar decisiones con pocos días». No entendía que no pudieran viajar turistas de todo el país a la capital y que así a «muchos comerciantes, a hosteleros, etcétera, también les vendrá bien que mientras se cumplan las normas empiecen a mover su maltrecha economía».