El coronavirus nos ha concedido un cierto respiro en los últimos meses. Eso ha permitido que, en cierta medida, se pudieran relajar las medidas de control contra la COVID-19. Sin embargo, desde Sanidad advierten sobre las nuevas subvariantes de ómicron, que se mantiene aún como la cepa predominante.
Se detectó el pasado noviembre y desde entonces ha ido mutando, hasta derivar en distintos linajes y sublinajes. En concreto, alcanza los cinco.
Después de un comienzo de año con los datos disparados a consecuencia de ómicron, la situación empieza a estar bajo control. España experimentó una reducción de los contagios y de la incidencia acumulada.
El elevado porcentaje de población vacunada contra el coronavirus y la inmunidad adquirida de forma natural ha permitido la retirada de las restricciones. Sobre todo la eliminación de la mascarilla en espacios interiores.
Además, la evolución favorable de la situación epidemiológica permitió adentrarse en otra fase. Principalmente afectaba a cambios en las cuarentenas y a aquellos pacientes que mostraban síntomas leves.
El Ministerio de Sanidad, por su parte, ha emitido un nuevo informe actualizando la situación de las distintas variantes en nuestro país. Según dicho documento, la predominante es la BA.2.
El pasado mes de marzo, desde el Gobierno comunicaban que ómicron suponía el 100% de las muestras recogidas. Además, la "sigilosa" rebasaba el 50% en nueve comunidades. Esta variante muestra como principales síntomas el dolor de cabeza, fatiga y secreción nasal.
En dicho informe se indicaba que es la predominante en España, con casi un 98% de las muestras analizadas.
Hay que decir que entre las diferentes subvariantes de ómicron "no se han encontrado diferencias en el riesgo de hospitalización". Tampoco en lo que se refiere a la efectividad de las vacunas, explican las autoridades sanitarias.
La variante BA.2 es la predominante, sin que apenas se hayan contabilizado casos de la variante XE o de la Delta. Apenas llegan al 1% de los casos comunicados. De este linaje, destacan que es recombinante de BA.1 y BA.2 que "comparte el gen de la espícula con este último".
El coronavirus deja nuevas variantes
El coronavirus se mantiene activo entre nosotros gracias a la aparición de nuevas variantes. Una de las últimas en surgir fue la de XE, detectada el pasado mes de enero en Reino Unido. Presenta una sintomatología muy similar a ómicron, con cansancio, tos, dolor de cabeza, fiebre y mucosidad.
De esta variante se han notificado también casos en países como India, Israel, Japón o Tailandia. Sin embargo, su presencia en nuestro país es de momento testimonial.
Más curioso resulta el hallazgo de Asturias. El laboratorio de Microbiología del HUCA detectó varios casos de COVID-19 provocados por dos nuevas variantes. Se tratan de la BA.4 y la BA.5, que solo tienen dos antecedentes, uno en Madrid y otro en Sudáfrica.
Señalan que existen cinco casos confirmados, seis probables y tres dudosos de una cepa muy similar a estas variantes. Al parecer, son más transmisibles que la ómicron originaria y la silenciosa.
Una variante COVID-19 con sello asturiano
Los expertos del Hospital Central Universitario de Asturias piensan que puede ser "una evolución específica del virus en Asturias". Se trataría de una variante autóctona al no haber constancia de que "los pacientes portadores tengan relación alguna con los de Sudáfrica". Justifican esta variante a la intensa circulación del COVID-19 durante los últimos tiempos.
Estas cepas surgidas cuentan con una serie de modificaciones respecto a la BA.2 (ómicron silenciosa). Además, recuperan algunas mutaciones de las versiones anteriores del coronavirus que se habían perdido.
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