Hace días que se viene hablando sobre la nueva variante del coronavirus, la denominada XE. Una variante que nació de Ómicron y que, al igual que ella, su nivel de contagio es mayor. Ahora, tras varios estudios, se ha llegado a identificar qué dos síntomas difieren de su predecesora y qué nos indica que estamos contagiados por XE.
Los dos síntomas clave que determinan el contagio por la variante XE
La OMS fue clara en su clasificación de la nueva variante del coronavirus diagnosticada hace unos días. Aseguró que es un 10% más contagiosa que Ómicron y que ya se esconde detrás del aumento de casos de los últimos días.
Dado que XE nació de una combinación de Ómicron y de sus sub linajes, es entendible que su rapidez de contagio sea su característica principal. Además, comparten algunos síntomas y cuadro clínico.
No obstante, pese a ser mucho más contagiosa, la sintomatología no provoca cuadros de gran gravedad. La amplia tasa de vacunación por coronavirus supone un refuerzo considerable y no habría motivo de lanzar la voz de alarma. Sin embargo, como en todas las variantes de coronavirus, hay que mantener cada caso bajo vigilancia y atender a su evolución.
Según los investigadores, esta nueva cepa se parece mucho a un resfriado común con mucosidad y estornudos. Lo que difiere de la Ómicron es la pérdida de olfato y gusto otra vez presente en los positivos por XE. Y un daño neuronal que no hay que dejar de lado aunque afirman no reviste gravedad.
Diferencias entre XE y otras variantes del coronavirus
Tal y como han comunicado desde la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, la variante XE no difiere demasiado con las anteriores variantes. No obstante, tiene ciertas características que ayudan a entender mejor su comportamiento y a dilucidar si estamos ante ella u otras cepas.
Por ejemplo, el periodo de incubación. Según el informe británico, el de XE es de tres días mientras que en Ómicron y Delta era de hasta cinco. Lo mismo pasa con la duración de los síntomas provocados por la infección.
En la nueva variante la sintomatología dura alrededor de 4 o 5 días, mientras que en Ómicron alcanzaba los siete. Por lo tanto, XE tiene un número menor de incubación y menos días de sintomatología.
Además de los efectos antes mencionados, algunos afectados han reportado también sudores nocturnos, aunque estos son menos frecuentes. Por el momento, ninguno de los contagiados por XE ha necesitado hospitalización y su evolución ha sido muy favorable.
Lo cierto es que el aumento considerable de casos ha disparado todas las alertas, pero los profesionales sanitarios llaman a la calma. Si bien es cierto que esta variante se expande con facilidad, afirman que el cuadro clínico no es grave.
Eso sí, como pasa con la mayoría de las enfermedades, hay que atender cada caso y cuidar a los más vulnerables. Los factores a tener en cuenta son la vacunación, la edad o el estado de salud de la persona en cuestión.
La expansión de XE, que llega justo cuando se ha eliminado la obligatoriedad de las mascarillas, es el motivo de que ya se hable de séptima ola. Sin embargo, hay expertos que afirman que todavía es pronto para hablar de nueva oleada y que no hay un impacto preocupante en los hospitales.
Por el momento habrá que esperar para ver cómo se comporta la nueva variante del coronavirus y si es cierto que la situación puede empeorar. En nuestro país ya circula la cepa XE y esta aumenta su expansión a un ritmo más elevado que la Ómicron.
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