El incremento de casos por COVID-19 en las últimas semanas ha puesto en alerta al Gobierno. Las comunidades autónomas ya estudian medidas especiales para hacerle frente a esta nueva ola de contagios. Este repunte puede suponer la posibilidad de aplicar de nuevo restricciones para evitar el avance del virus en el país.
Ser previsores es lo más importante en este momento
Con la Navidad a la vuelta de la esquina, el Gobierno no se la quiere jugar. Las reuniones familiares pueden ser el lugar propicio para los contagios, algo que se quiere evitar a toda costa.
Aunque las autoridades sanitarias y los expertos advierten que la mayoría de los pacientes ingresados no están vacunados, lo cierto es que las vacunas ya han perdido cierto grado de protección. De ahí que a los mayores de 70 años ya se les esté inoculando la tercera dosis.
Por el momento, la presión hospitalaria no llega al 5%, la cifra estipulada como preocupante por los sanitarios. No obstante, los territorios buscan anticiparse a posibles rebrotes e incluso están debatiendo sobre la obligatoriedad del pasaporte covid, medida ya vigente en el ocio nocturno de Galicia y Cataluña.
Desde el Ministerio de Sanidad proponen un “semáforo covid” menos exigente, pero igual de útil. Este eleva el riesgo bajo de transmisión a 100 casos por 100 000 habitantes, según publica LA RAZÓN, que ha tenido acceso a un documento de Sanidad.
Sanidad ya está trabajando en ello
El departamento de Carolina Darias ha decidido "realizar una revisión al alza de los umbrales de los indicadores de incidencia de la enfermedad". También ha optado por una flexibilización de las medidas no farmacológicas recomendadas, según apuntan desde el mismo medio.
“Se modifica el término ‘nueva normalidad’ por ‘circulación controlada’, se mantienen los indicadores de incidencia a 14 y 7 días para toda la población y para población mayor de 65 años. Se elimina de la tabla del indicador de porcentaje de casos con trazabilidad (T6). Se mantienen los mismos umbrales para la positividad global y se eleva el umbral de los indicadores de incidencia”, añaden.
En cuanto al uso de servicios asistenciales, “se mantienen los indicadores de ocupación, pero ahora incorpora otros dos indicadores: tasa de nueva hospitalización por covid y tasa de nueva hospitalización en UCI”.
Además, “se modifican los criterios para clasificar el nivel de alerta del territorio y para la medición del nivel de utilización de servicios asistenciales. Se tomará el máximo nivel de los indicadores de hospitalización general por un lado y de los indicadores de UCI por el otro, de cara a aplicar el criterio".
"El nivel resultante no puede estar más de un nivel por debajo del riesgo marcado por el indicador de ocupación de UCI. Tampoco más de 2 niveles por debajo del riesgo marcado por el bloque I en su conjunto”, según el documento consultado por LA RAZÓN.
Está claro que hay que ser previsores y no bajar la guardia. La pandemia lleva más de un año entre nosotros y todos los ciudadanos quieren que se termine cuanto antes para poder retomar su vida anterior.
El COVID-19 ha supuesto un antes y un después para la población mundial, no solo a nivel sanitario, sino también económico. Para evitar volver a caer en el mismo error, lo importante es que la ciudadanía sea consciente del problema y trate de llevar cuidado en su día a día. Si se siguen las reglas establecidas, la pandemia no volverá a sus días de gloria, donde los hospitales estaban saturados y el número de decesos se incrementaba cada jornada.
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