Varios cargos de Sanidad y de las distintas consejerías del mismo rango de las comunidades autónomas llevan días insistiendo en que la situación que atraviesa actualmente España en su lucha contra el coronavirus «es muy preocupante», especialmente después de ver el efecto que las fiestas navideñas están teniendo en la mayoría de indicadores.
En el informe de Sanidad del martes, 12 de enero, la incidencia media acumulada era de 435 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, con la IA a 7 días superando la mitad de esa cifra, lo que indica que ese indicador seguirá subiendo en los próximos días, acercándose a los 529 casos de media que marcó el máximo de la segunda ola.
Además, España marcó su récord diario de nuevos casos, que fueron más de 14.000 notificados en las 24 horas anteriores, aunque el informe sumó algo más de 25.000 nuevos casos, cifras récord, pero sin alcanzar el dato más alto alcanzado hasta ahora.
Con estos datos, Salvador Illa ha insistido en varias ocasiones que las semanas que vienen serán duras, la misma línea que recogía Fernando Simón el lunes, quien culpó a la relajación de las fiestas navideñas de la explosión de casos que estamos viviendo.
Las autonomías se han apresurado a tomar medidas más restrictivas, las más duras de toda la pandemia en muchos casos, ante una curva de casos mucho más vertical que en marzo y en octubre, lo que significa que la situación puede desbordarse en cualquier momento.
Con la vista puesta en los hospitales y el sistema sanitario, y mirando de reojo lo que ha pasado en otros países como Reino Unido, Irlanda, Portugal o los Países Bajos, algunas comunidades ya han pedido al Gobierno que decrete un nuevo estado de alarma que, esta vez sí, permita los confinamientos domiciliarios.
Sanidad, por su parte, ha rechazado esta opción, ya que consideran que las restricciones que ya están tomando las comunidades son suficientes, como ya lo fueron con la segunda ola. Pero la explosión de casos está siendo mucho más rápida en esta tercera ola, en parte porque se partía de una situación mucho peor que la que había entre la primera y la segunda ola.
De hecho, la tercera ola está empezando y ya se han batido varios récords, como el del fin de semana con más nuevos casos (más de 61.000) o el mayor número de casos notificados en 24 horas (14.000 en el día de ayer).
El ministro de Sanidad ha insistido en que de momento, la estrategia del Ministerio, es confiar en que las restricciones que están tomando las autonomías surtan efecto como ya pasó entre octubre y noviembre. «Vienen semanas muy duras y un mes de enero muy complicado, pero ya sabemos lo que tenemos que hacer», explicó Illa en su comparecencia, una estrategia que pasa por reducir «al máximo» la movilidad y los contactos sociales.
Las comunidades imponen restricciones más duras
La mayoría de autonomías ya han tomado esta dirección, la última de ellas Galicia, que ha limitado las reuniones a solo cuatro personas y ha confinado 60 concellos. También Andalucía ha anunciado que aprobará esta semana nuevas restricciones y que afectarán con casi toda probabilidad a la movilidad, lo que seguramente se traduzca en un nuevo confinamiento municipal o provincial en la región.
También Cataluña tiene todos sus municipios confinados, Murcia tiene al 90% de su población cerrada perimetralmente dentro de sus municipios y Madrid podría confinar al 92% de sus zonas básicas este viernes, ya que todas ellas superan los 400 casos de incidencia que el Gobierno regional marcó como umbral para decretar cierres perimetrales.
Si estas restricciones funcionan o no se verá a partir de la próxima semana, según Fernando Simón, aunque las que han llegado más tarde no empezarán a notarse hasta dentro de dos semanas. Con las UCI superando el 40% en algunas comunidades, hay quien cree que dentro de dos semanas será demasiado tarde y que los sistemas sanitarios y los hospitales de algunas comunidades podrían estar ya al borde del colapso, razón por la que insisten en el confinamiento domiciliario como medida más eficaz para frenar los contagios, como ya se vio en marzo y abril.
Illa insiste en que el confinamiento domiciliario no está actualmente sobre la mesa y que hay que seguir el plan de 'Actuaciones de respuesta coordinada para el control de la transmisión de Covid-19', aprobado por Sanidad y las autonomías en el Consejo Interterritorial de Salud, y cuyas medidas ya se están aplicando en casi todos los territorios.
El ministro ha asegurado que «el conjunto de medidas que están recogidas en la estrategia que acordamos con las comunidades autónomas son las que hay que aplicar y por eso de momento pensamos que no hay que dar ningún paso más y descartamos un confinamiento domiciliario».