La Policía Nacional ha activado la alerta máxima ante una nueva amenaza yihadista. La organización terrorista Al Qaeda ofrece 50.000 euros a cualquier «lobo solitario» que asesine a un agente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. España se encuentra desde hace tiempo en el punto de mira de los islamistas.
La Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional ha lanzado entre sus agentes una alerta contra la nueva amenaza terrorista. Se trata de una llamada a atentar contra agentes de policía, a través de una publicación en la revista de Al Qaeda que se distribuye por las redes sociales.
El yihadismo tiene en las redes sociales su principal medio de difusión, y esta vez las ha utilizado para ofrecer una recompensa en bitcoins a aquel que asesine a un policía. La amenaza se cierne sobre los países occidentales, de forma general, pero se centra especialmente en aquellos países que están en el punto de mira de los islamistas. Uno de ellos es España, donde los terroristas tienen extendidos sus tentáculos.
Fuentes oficiales desvelan en La Razón confirman que la organización terrorista Al Qaeda, una de las más activas a nivel global, ha perpetrado una grave amenaza en la publicación «Los Lobos de Manhatam». En ella ofrecen una recompensa en monedas virtuales por valor de 50.000 euros por la muerte de un agente. Para recibir la recompensa hay que mostrar una imagen o un vídeo donde aparezca el crimen perpetrado.
Forma parte de la estrategia que ha adoptado desde hace tiempo el terrorismo yihadista, basada en los lobos solitarios. Cada vez más aislados y sin recursos económicos, los yihadistas han sustituido los grandes atentados por ataques individuales que solo requieren a una persona fanatizada y un cuchillo de cocina o un arma de fuego. Así se han perpetrado los últimos atentados mortales, como el de Viena o el de París.
Mensaje de alerta entre los agentes
Ante el peligro que se cierne sobre los agentes, la Policía Nacional ha difundido entre sus agentes la alerta para que tomen las medidas oportunas. En la Jefatura de Asturias, por ejemplo, se difunde el siguiente mensaje: «Actualización de la amenaza terrorista contra las fuerzas y cuerpos de seguridad en la propaganda afín a Al Qaeda».
En el texto distribuido entre los agentes se puede leer: «En el día de hoy se ha recibido una comunicación de la CGI en la que se hace constar que en la revista de Al Qaeda se ha detectado el anuncio de una recompensa monetaria por la muerte de un agente de policía. La publicación recomienda la comisión de ataques contra la policía durante las manifestaciones, considerando que este momento tiene muchas ventajas: numerosos objetivos a su alcance, el anonimato entre la multitud y la posibilidad de portar armas pasando desapercibido. Se reitera la necesidad de mantener activas las medidas de autoprotección al personal policial uniformado, especialmente entre los miembros de las unidades de intervención policial».
España, en el punto de mira de la yihad
El mensaje a través de la revista de Al Qaeda no garantiza en ningún momento el cobro de la recompensa. Se trata más bien de una estrategia para movilizar a los lobos solitarios, en un momento en el que el yihadismo necesita nuevos golpes de efecto pero carece de los recursos para organizar actos terroristas a gran escala.
No es extraño que, a medida que las grandes oleadas de atentados en suelo europeo han ido desapareciendo, se haya reforzado la difusión de mensajes yihadistas en redes sociales para fanatizar a sus afines. Los expertos en terrorismo tienen claro que este tipo de organizaciones, como Al Qaeda o Estado Islámico, han cambiado su modus operandi y ahora se centran en la captación y radicalización de sus miembros.
Se trata de una estrategia mucho más sutil, y a menudo más difícil de combatir. En España se han interceptado en los últimos meses varias amenazas y canales de radicalización que hacen temer un ataque inminente. El caso más llamativo fue el de la detención en enero de una célula terrorista en Barcelona que estaba planeando un atentado.
La policía pone el foco sobre todo en las cárceles, donde el yihadismo está llevando a cabo una intensa tarea de difusión y radicalización. El mes pasado, la Guardia Civil asestó un nuevo golpe contra una célula carcelaria que desde varias prisiones organizaban tareas de captación y adoctrinamiento. En España, en estos momentos, se mantiene el nivel 4 de alerta antiterrorista, que significa riesgo alto de atentado.