Aunque el impacto de la pandemia ya no es igual que hace meses y muchas restricciones se han relajado, siguen surgiendo estudios del coronavirus. Unas investigaciones que dejan claro el mundo desconocido que aún está por descubrir sobre la pandemia que apareció en 2020. Una nueva normalidad que nos ha cambiado a todos la manera de vivir de forma radical.
Entre las investigaciones realizadas, muchas versan sobre los pacientes que han superado la enfermedad con secuelas. Así, es clave saber cómo afecta la enfermedad a este tipo de personas. En las últimas horas, hemos conocido una nueva secuela de la enfermedad que sigue produciendo serios problemas a aquellos que caen contagiados.
Las secuelas frecuentes del Covid-19, según Sanidad, se relacionan con problemas de tipo pulmonar, neuropsiquiátricas, hematológicas, renales y endocrinas. A su vez, hay estudios que señalan al posible aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Pese a todo, una investigación de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, ha reflejado otro problema provocado por el Covid-19. Y no es otro que la oclusión venosa de la retina (OVR).
¿Qué es la OVR?
Según dicho estudio publicado por Jama (Asociación Médica Americana traducido al castellano), hasta 65 pacientes de 432 515 sufrían oclusiones de las arterias de las retinas tras pasar el Covid. Asimismo, para verificar los resultados, los investigadores eliminaron aquellos pacientes con antecedentes en esta enfermedad.
La oclusión de la vena central de la retina es el taponamiento de este vaso por un trombo y genera pérdida indolora de la visión. El diagnóstico radica en la oftalmoscopia y los tratamientos engloban los medicamentos antifactor de crecimiento del endotelio vascular. También la inyección intraocular de un implante de dexametasona o triamcinolona, y la fotocoagulación con láser.
Los casos de oclusión venosa de la retina siguen siendo "extraños"
Los descubrimientos de este estudio dejan caer que hubo un crecimiento en la incidencia de OVR tras la infección por Covid. Eso sí, “estos eventos siguen siendo raros y, en ausencia de controles aleatorios, no se puede establecer una relación de causa y efecto”, según expone dicho estudio.
Por tanto, el aumento del riesgo de sufrir OVR podría estar relacionado con problemas secundarios. Hablamos del empeoramiento del control de la presión arterial sistémica o la ausencia de actividad física.
El tiempo entre el diagnóstico de coronavirus y el crecimiento de los diagnósticos de oclusión vascular retiniana “puede estar asociado con retrasos en los pacientes que buscan atención después de cambios visuales o puede indicar un estado protrombótico prolongado después de la infección”.
A su vez, puede ser factible que los cambios vasculares vistos por los investigadores tras la infección por Covid-19 “puedan reducir la reserva vascular de los pacientes con riesgo de oclusiones vasculares retinianas y predisponerlos a oclusiones vasculares retinianas agudas posteriores”.
Riesgo de la hospitalización por coronavirus
Así las cosas, este estudio no demuestra a día de hoy que la hospitalización se asociara con un elevado riesgo de oclusiones vasculares retinianas. Eso sí, “estos eventos pueden subestimarse en pacientes gravemente enfermos porque es posible que no puedan proporcionar un historial de cambios en la visión que provocaría una evaluación oftálmica (es decir, estado mental intubado o alterado)”.
Con todo ello, los investigadores exponen que los médicos deben considerar la relación entre la infección por Covid y las OVR al estudiar a los pacientes pasada la infección.
“Los hallazgos proporcionan más evidencia del estado protrombótico inducido por Covid-19 e indican que los impactos posteriores a la infección pueden durar varias semanas”, reza el estudio.
El caso es que los científicos exponen que “se justifican más estudios epidemiológicos grandes para definir mejor la asociación entre los eventos tromboembólicos retinianos y la infección por Covid-19”.