El Gobierno y los agentes sociales se reunieron este lunes para negociar una nueva prórroga de los ERTE. El objetivo era buscar un consenso que permita a los casi 300 000 trabajadores suspendidos de sueldo continuar cobrando la prestación hasta que retomen su actividad laboral.
Un acuerdo definitivo que no llega todavía
La nueva prórroga de los ERTE comenzaría a operar el próximo 1 de octubre. En las fechas todos están de acuerdo, pero en las condiciones no logran llegar a buen puerto.
En la reunión de este lunes, el Ejecutivo de Pedro Sánchez presentó una oferta que amplía las ayudas por ERTE hasta el 31 de enero. Esto supone un gran cambio en las condiciones actuales porque no será una prórroga automática. Además, las corporaciones interesadas deberán solicitar su renovación antes del 10 de octubre.
Después de presentar la solicitud pertinente, será necesario que se resuelva en el plazo de diez días por parte de la Administración. De no hacerlo, será automáticamente desestimada.
En el caso de que estas nuevas condiciones se pongan en marcha, los trabajadores afectados serán los encargados de renovar sus prestaciones con el servicio público.
En la cita de este lunes, la Seguridad Social modificó su esquema de exoneraciones de cuotas para las empresas a la baja. A pesar de ello, se mantienen las ayudas en caso de cierre obligado por el COVID-19. Las corporaciones que se vean en esta tesitura, o tengan que parar su actividad por decisión de las autoridades sanitarias, seguirán sin pagar el cien por cien de las cotizaciones.
En los casos en los que los ERTE estén relacionados con la limitación de la actividad sí se producen modificaciones notables. Sus exoneraciones bajan hasta el 50% para empresas de menos de 50 trabajadores y el 40% para las de mayor tamaño. Hasta ahora estas reducciones eran del 75% y el 65%, según el tamaño de la plantilla.
El esquema vigente hasta el momento contaba con dos tipos de ayudas. En primer lugar, unas enfocadas a ayudar más a las firmas que pudieran sacar a sus empleados del ERTE. En segundo, otras destinadas a sectores con escasas posibilidades de reactivación por las restricciones vigentes por el COVID-19.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez también pretende que la próxima renovación de estas ayudas, que todavía reciben 263 000 trabajadores, estén condicionadas a la formación y el reciclaje profesional. Y es que existen dificultades para que muchos de los afectados vuelven a retornar a la actividad laboral.
Uno de los objetivos es precisamente que parte de las ayudas para las compañias se destinen a que estas habiliten cursos de formación para sus plantillas.
No ven el plan del Gobierno con buenos ojos por ahora
Lo cierto es que las empresas no salieron demasiado convencidas de la cita con el Ejecutivo este lunes. Para ellas, el nuevo planteamiento no puede entenderse como una prórroga de los ERTE. Sería más bien como un mecanismo nuevo a desarrollar entre el 1 de octubre y el 31 de enero, según contaron a El Mundo.
De hecho, varios representantes argumentaron que "algunas de las propuestas ya se han puesto en práctica y han resultado fallidas".
Por el momento, la nueva prórroga se espera que llegue como en ocasiones anteriores. Lo hará en el último momento y tras unas duras negociaciones que hoy continúan con los autónomos y una nueva ampliación del cese de actividad.
El presidente de ATA, Lorenzo Amor, aseguraba este lunes que reclamarían al ministro de Seguridad Social hoy que ponga en marcha una "ayuda urgente y extraordinaria". Esta estaría destinada a los autónomos afectados directa o indirectamente por los desalojos y pérdidas de actividad originados por la explosión del volcán en La Palma.