Primer plano de perfil del ministro José Luis Escrivá con el dedo índice levantado

El Gobierno ya ha decidido si acepta la jornada laboral de 4 días en España

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, no ve margen para la implantación de la medida en plena crisis

El Gobierno ha tomado una decisión definitiva sobre la petición de poner en marcha ayudas a las empresas para favorecer la jornada laboral de cuatro días en España. El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, acaba de descartar la opción de implantar esta modalidad laboral en nuestro país.

El ministro ha intervenido esta mañana en una emisora catalana para anunciar que no hay margen para reducir la semana laboral. Escrivá cree que «con los niveles de productividad y competitividad que tiene España, no se tiene que dar prioridad a esta cuestión».

El ministro cierra así la puerta a la propuesta que negociaban desde hace tiempo el Gobierno y Más País, el partido de Íñigo Errejón, para avanzar en una jornada laboral reducida. La idea parecía haber quedado definitivamente en nada tras la negativa del Gobierno de incluirla en los presupuestos generales del estado la semana pasada.

Sin embargo, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, abrieron de nuevo la puerta asegurando que la propuesta seguiría siendo valorada. Pero el ministro José Luis Escrivá acaba de anunciar que no hay margen para que la propuesta salga adelante, como sí lo defendía el sector de Podemos dentro del Ejecutivo.

La propuesta nace de Más País, la formación de Íñigo Errejón, aunque es compartida también por Podemos. Se trata de una medida que pretende facilitar la conciliación de la actividad laboral y la vida personal, al reducir un día la jornada laboral, de cinco a cuatro, y alargar un día los fines de semana.

Ventajas e inconvenientes

Los defensores de la medida aseguran que, en contra de lo que se pueda pensar, esta nueva modalidad mejorará la productividad. Además, defienden que tiene efectos positivos sobre la salud, y al reducir el estrés y la siniestralidad laboral, supone un ahorro a la sanidad pública. 

Algunos expertos aseguran que los trabajadores, al saber que tienen menos tiempo para realizar una tarea, son mucho más eficientes. Por el contrario, cuando no existe esta presión, se relajan. Otros expertos, sin embargo, recuerdan que esto no está demostrado y que no se puede generalizar en todas las tareas.

Pero los partidarios de la propuesta defienden otros beneficios, como el reparto del trabajo entre más personas, que lograría reducir la desocupación. Además, subrayan que al haber menos desplazamientos se reducirían las emisiones y produciría notables beneficios al medio ambiente. También disminuiría el consumo energético en muchas empresas.

La idea principal pasaba por lanzar un paquete de ayudas a las empresas que quisieran poner la jornada laboral de cuatro días, con el fin de fomentar este nuevo modelo laboral pero, también, para ensayar su eficacia. 

Con esta proposición, Más País-Equo pretende dejar atrás la jornada laboral de 40 horas y sumarse a la campaña internacional 4Suma, que pretende reclamar a los gobiernos la implantación de la jornada laboral de cuatro días. La propuesta fue presentada hace más de un año como la gran apuesta de Más País a las últimas elecciones.

Sobre el salario mínimo

Los últimos días se había hablado también de una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) antes de que acabe el año, y se especulaba con que pudiera llegar a un incremento de 50 euros. El ministro también ha asegurado que no le consta que el Gobierno se plantee subir el salario mínimo hasta los 1.000 euros el año que viene. 

En todo caso, Gobierno, patronal y sindicatos se han citado esta semana para negociar un aumento que se prevé simbólico, en torno al 0,9%. Los empresarios están en contra de subir los salarios en plena crisis, pero podrían aceptar la medida siempre que sea una subida mínima que cause el menor impacto.

Los sindicatos, por su parte, ofrecerán una propuesta de máximos para un aumento de los salarios hasta los 1.000 euros, pero conscientes de que seguramente tendrán que rebajar y mucho sus expectativas. Quién saldrá ganando de todo esto es el Gobierno, que conseguirá marcarse otro tanto sin causar el menor impacto en la economía.