Tras más de un mes desde que se produjo la desaparición de Anna y Olivia junto a su padre Tomás Gimeno, sigue sin haber una pista definitiva que indique que pudo pasar. La realidad es que las dos principales hipótesis siguen abiertas. No se descarta ni que el padre de las niñas hubiera acabado con su vida antes de lanzarlas al mar y suicidarse o desaparecer, ni que tampoco emprendiera la huida en barco con ellas a otro país, con la opción más probable en el continente americano.
Pero como decimos, para que los agentes de la Guardia Civil se pueden centrar en una u otra línea de investigación es necesario que se vayan descartando opciones. Y en las últimas horas parece que se podría haber dado un avance que al menos podría seguir dando ciertas esperanzas a Beatriz Zimmerman, la madre de las dos pequeñas desaparecidas en Tenerife.
Ya hace algunas semanas que se hizo público un hallazgo en la barca que había dejado abandonada en alta mar Tomás Gimeno que había hecho ponerse en lo peor. Las teorías sobre un posible crimen contra sus hijas se dispararon cuando los investigadores hallaron restos de sangre en la embarcación.
Unos primeros análisis ya permitieron saber a quién pertenecía la sangre, pero ahora se han conocido los resultados definitivos que dan todavía más luz al caso. Ha sido en 'El Programa de Ana Rosa' donde uno de sus colaboradores, el periodista de sucesos Luis Recueles, explicaba lo siguiente: «La sangre de la lancha de la barca de Tomás Gimeno es antigua, tiene como mínimo un año, es una sangre de otro episodio y muy poca cantidad, por lo cual no hay un episodio sangriento al menos en la lancha».
Así lo que quedaría descartado es que Tomás habría acabado con la vida de sus hijas en alta mar. Eso sí, esto no permite descartar que entre los bultos que no aparecieron en la lancha, pero sí que le vio llevar en el coche, pudieran estar los cuerpos de las niñas, tras haber acabado con su vida en otro lugar. Y es por eso que en los próximos días se espera que llegue el buque del Instituto Oceanográfico con el sónar, que permita emprender una búsqueda en las profundidades
Más novedades sobre los pasos de Tomás
Mientras tanto, los esfuerzos se siguen centrando en tratar de reconstruir todos los pasos que pudo hacer Tomás antes de llevarse a sus hijas. Para facilitar su posible localización, se han difundido nuevas fotos de él con diferentes aspectos, como con el pelo más largo, con mascarilla o con gafas. El entorno de la madre de las niñas sigue defendiendo que este tenía todo planeado y que de los mensajes que envió se puede entrever claramente que su intención era marcharse lejos junto a sus hijas.
Pero todavía faltan indicios para saber donde se puede encontrar el hombre de 35 años junto a sus dos hijas de 6 y 1 año. El trabajo policial de momento solo ha permitido saber cada vez con más detalle cuáles fueron sus movimientos hasta cierta hora de la madrugada del día de su desaparición.
Y es que se va conociendo que es lo que hizo tras su primera salida al mar. Según el mismo periodista que citábamos más arriba, «la lancha de Tomás estuvo unos 40-45 minutos navegando, se paró en un punto en el mar unos 15 minutos, al volver fue cuando lo pararon, registraron la lancha y ya no estaban los petates o sacos militares». Así, la Guardia Civil sabría exactamente cuanto combustible habría gastado, por lo que podría tener un punto muy preciso para empezar a usar el sonar.