El Gobierno ha dado claros indicios en los últimos días de su voluntad de conceder los indultos a los presos independentistas catalanes. Tras los hechos acontecidos en octubre de 2017 —la convocatoria ilegal de un referéndum de autodeterminación en Cataluña y la declaración fallida de la independencia semanas más tarde—, fueron llamados a declarar e ingresaron en prisión todos los miembros del Gobierno catalán que no se fueron a Bélgica y los presidentes de las entidades civiles Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, además de la presidenta del Parlamento.
Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Joaquim Forn, Carme Forcadell, Dolors Bassa, Josep Rull, Jordi Turull y Raül Romeva van camino de su cuarto año en prisión, a la que fueron condenados en octubre de 2019 por sedición, malversación y desobediencia. Pero podrían no cumplir su condena de forma completa. Después de que el Tribunal Supremo haya terminado el trámite sobre varias peticiones de indulto sobre todos ellos y haya emitido sus informes desfavorables a la concesión de esta medida de gracia, la pelota pasa ahora al tejado del Palacio de la Moncloa. Los dictámenes del tribunal sentenciador son preceptivos, pero no vinculantes, de modo que el Ejecutivo tiene libertad total para decidir sobre los indultos.
La facción de Unidas Podemos en el Gobierno no se ha escondido nunca de su posicionamiento favorable a indultar a los presos independentistas, pero en el PSOE la unidad en este sentido no es tan clara. Quizá por eso han sorprendido esta semana las declaraciones de Pedro Sánchez que, sin posicionarse de manera explícita, parece inclinarse por conceder los indultos. «Hay un tiempo para el castigo y otro para la concordia», afirmó el presidente en el Congreso este miércoles, dando a entender que ha llegado el momento de desinflamar el conflicto catalán por la vía de los indultos.
Voces del PSOE contra los indultos: García-Page, Lambán y Fernández Vara ya calibran la fecha para enfrentarse a Sánchez
«El Gobierno tomará su decisión en conciencia y a favor de la convivencia entre todos los españoles», declaró el presidente del Ejecutivo, consciente que abre así una de las carpetas más candentes que deberá afrontar en las próximas semanas. El tono casi pedagógico, de pretensión de convencimiento, que Sánchez usó ante el Congreso, va a ser necesario de puertas adentro, porque la concesión de los indultos podría abrirle una guerra interna en el PSOE de efectos nada deseables para el presidente, que es también el secretario general de su partido.
Y es que algunos barones socialistas lo tienen muy claro: aunque todavía no es el momento, pasarán al ataque «en el momento procesal oportuno», para no dar alas al PP pero para dejar claro que no todo el PSOE está a favor de indultar a los presos independentistas. Será esa la fecha en que dirán la suya: cuando se acerque la concesión de la medida de gracia, se calcula que entre los meses de junio y julio. Pero, ¿cuáles son las voces internas que lideran este corriente contrario a los indultos? Tres presidentes autonómicos: el castellano-manchego, Emiliano García-Page, el aragonés Javier Lambán y el extremeño Guillermo Fernández Vara.
Los tres han sido muy claros en su posición contraria a la medida de gracia. García-Page cree que la concesión de los indultos se convertiría en una «condena para el PSOE». «Que se metan el indulto por donde les quepa», afirmó en una ocasión. El no-arrepentimiento de los presos es el factor determinante para un Javier Lambán ahora convaleciente de una reciente operación por el cáncer que sufre. «Para que se conceda un indulto a alguien es preciso que se arrepienta, estos señores no solo no se han arrepentido, sino que han dicho que cuando puedan, lo volverán a repetir», dijo en su día. Parece, pues, que se le avecina una tormenta interna a Sánchez.