Silvia A. M., la madre que asesinó a su bebé en Nuevos Roces (Gijón) el 2 de agosto de 2019

Silvia, la española que acuchilló 53 veces a su bebé ya tiene el veredicto del jurado

Ha sido condenada a prisión permanente revisable por un delito de homicidio con alevosía y agravante de parentesco

El jurado popular encargado de emitir un veredicto no tardó ni dos horas: culpable. Silvia Acebal pasará el resto de sus días entre rejas por el asesinato de su bebé el 1 de agosto de 2019, en Gijón. El jurado considera probado que acuchilló 53 veces al bebé recién nacido y luego lo tiró a un contenedor, y la condena a prisión permanente revisable.

Además, la Audiencia Provincial de Oviedo obliga a la condenada a indemnizar al padre con 105.000 euros, y a pagar los costes del juicio. Se trata de uno de los crímenes más espeluznantes que se recuerdan en España, y además es la primera pena máxima que se aplica en el Principado de Asturias. 

«No tendré vida suficiente para arrepentirme, pido perdón a mi familia porque les he arruinado la vida, y también a la de Daniel, el padre del bebé, que siempre me trataron muy bien», dijo Silvia en el alegato final de un juicio que duró 4 días. La acusada confesó desde un primer momento ser la autora material de los hechos, y asumió las consecuencias que se pudieran derivar. El jurado popular ha emitido el veredicto por unanimidad.

Esta macabra historia empieza la mañana del 1 de agosto de 2019, cuando Silvia Acebal dio a luz estando sola en su vivienda en Gijón. Nadie, ni siquiera su propio novio, Daniel, sabía de su embarazo. Tras dar a luz a un varón de 2,6 kilos de peso, le asestó 53 puñaladas con un cuchillo de cocina. Luego lo metió en una mochila y lo arrojó a un contenedor de basura donde sería descubierto al día siguiente.

A las 7 de la tarde, Daniel volvió de trabajar sin hacerse una idea de lo que allí había sucedido. La sentencia considera probado también que la acusada intentó ocultar los restos de sangre dándole la vuelta al colchón. Cuando su pareja le señaló las manchas de sangre en el suelo, ella dijo que era por un quiste ovario. Pero al día siguiente descubrieron el cuerpo sin vida de un bebé en el contenedor, y la policía llegó hasta ella.

Silvia fue detenida el 21 de septiembre de 2019, y en un primer momento trató de culpar a su pareja. Según el relato de la Fiscalía, todo fue una sucesión de mentiras en un crimen planeado con frialdad por una personalidad calculadora y psicopática. Pero también deja claro que la asesina fue consciente en todo momento de sus actos, algo que viene avalado también por el informe de los forenses. El jurado la condena por un delito de homicidio con la agravante de parentesco y de que la que víctima era vulnerable por su corta edad. 

Relato escalofriante de los forenses

El jurado considera probado que Silvia Acebedo, vecina de Nuevos Roces y de 30 años, actuó de forma consciente, voluntaria e intencionada. Dan veracidad a todas las pruebas testificales y periciales que se han presentado en el juicio, así como a la confesión de la propia acusada. Las nueve personas del jurado popular deliberaron en torno a dos horas, y dictaminaron la culpabilidad por asesinato con alevosía y agravante de parentesco.

La juez no admitió la petición de la defensa de valorar el trastorno antisocial de la acusada, y decretó la prisión permanente revisable. A lo largo del juicio se han podido analizar las pruebas periciales, que confirman el parentesco entre la encausada y Daniel con su hijo a través de los restos de sangre hallados en toallas, fibras y trozos de colchón. Una vez constatado el parentesco, se ha hecho un minucioso relato de los hechos que ha dejado a los miembros de la sala sin aliento.

«En mis 33 años de experiencia jamás había visto una cosa así», asegura la fiscal. Los momentos más duros del juicio llegaron con el relato de los forenses, según el cual el cuerpo del bebé recién nacido recibió 53 puñaladas cortantes y punzantes: «Fue una muerte violenta, no hay duda de que su intención era matarle». Añaden que murió desangrado sobre las 3 de la tarde, y que ni tan solo una rápida intervención médica podría haberle salvado la vida.