Una terraza de un bar ocupada solo por dos personas

El futuro de los bares se complica en España tras el último hallazgo

Este estudio podría terminar con la idea de flexibilizar la hostelería

La hostelería se ha convertido en el sector más damnificado por la pandemia del Covid-19. Los bares y restaurantes se han visto sometidos a lo largo de este año a numerosos cierres así como reducciones en el horario de apertura que ha terminado con la quiebra de muchos negocios. Ahora que la evolución epidemiológica parece estar dando un respiro, muchas son las comunidades que plantean iniciar una desescalada que pasa por un alivio en las restricciones a la hostelería.

Sin embargo, un último estudio podría dar al traste con las ilusiones de los empresarios y  trabajadores hosteleros al conocerse cómo este tipo de establecimientos suponen un elevado riesgo de transmisión del virus.

Los hechos que preocupan en la hostelería

Hace unos días la Comunidad de Madrid expresó su deseo de permitir que las restricciones que giraban en torno a los bares y restaurantes se redujeran. Tanto Antonio Zapatero, viceconsejero de Sanidad de Madrid, como la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, sustentaban su opinión en que en ningún caso se había establecido que los negocios de hostelería representaran un riesgo de contagio.

Pero ahora el estudio realizado por la Universidad de Stirling en Reino Unido y publicado en la revista científica 'Journal of Studies on Alcohol & Drugs' podría hacer replantear la flexibilización en los bares y restaurantes.

En mayo y agosto del pasado año un grupo de investigadores se propusieron realizar una investigación en los locales que abrieron al público después del confinamiento para comprobar en qué medida se habían adaptado a las medidas de seguridad impuestas por el gobierno para evitar los contagios.

La mayoría había adaptado de manera correcta sus negocios con modificaciones físicas como mamparas o distancia entre mesas, pero los investigadores se percataron de que había ciertas prácticas que resultaban «preocupantes» como por ejemplo la estrecha interacción entre los clientes y entre los trabajadores.

Un estudio que puede frenar el relajamiento

Este nuevo estudio podría servir a los gobiernos, autoridades sanitarias y representantes políticos a la hora de decidir si levantan las restricciones impuestas a la hostelería y el riesgo que eso conllevaría.

«Nuestro estudio exploró y observó las prácticas comerciales y los comportamientos de los clientes y el personal de los locales con licencia en el verano de 2020, con el fin de comprender si los riesgos de transmisión del COVID-19 podrían gestionarse» señala la directora del Instituto de Marketing Socia, Niamh Fitzgerald.

Durante el estudio se tuvieron en cuenta los testimonios de los propietarios de los negocios para comprobar si entendían «los retos a los que se enfrentaban». El objetivo era comprobar de primera mano cómo funcionaban los locales con las medidas impuestas por el gobierno británico para evitar los contagios «incluyendo cualquier incidente que pudiera aumentar esos riesgos».

Los resultados de la investigación

Los investigadores ponen sobre la mesa la buena disposición de los locales de hostelería de trabajar acorde a las medidas de protección aunque confesaban que en ocasiones existían problemas que les impedían poder llevar a cabo su actividad conforme a las normas establecidas.

«Tras la reapertura, se observaron esfuerzos sustanciales para cambiar la disposición de los bares, que parecían estar funcionando bien en muchos locales, pero eran frecuentes los problemas, como el hecho de que el personal no llevara el equipo de protección personal, o con la gestión de los aseos, las colas y otros 'puntos de pellizco'» se explica en la investigación.

Al margen de la gestión que el propio personal pudiera llevar a cabo para controlar los contagios en los bares y restaurantes, lo que sin duda mayor preocupación ha levantado es la manera en que lo clientes interactuaban, especialmente después de ingerir bebidas alcohólicas: «Observamos varios incidentes más preocupantes —entre ellos, clientes que gritaban, se abrazaban o interactuaban repetidamente de forma estrecha con varios hogares y con el personal—que rara vez fueron abordados por el personal» explica Fitzgerald.

Después de tiempo observando el papel que los locales de hostelería juegan en la pandemia, los investigadores llegaron a la conclusión de que por muchas medidas que se adopten existe un riesgo «potencialmente significativo» de transmisión del virus: «El cierre de los locales puede eliminar estos riesgos» afirman, aunque son conscientes que «también pueden causar importantes dificultades a los propietarios de los negocios y al personal».