El número de víctimas mortales de la terrible explosión de Madrid se ha elevado a cuatro la madrugada de este jueves, 21 de enero. Rubén Pérez Ayala, un sacerdote de 35 años, ha fallecido en el Hospital de La Paz, donde llegó herido de gravedad tras el desgarrador suceso que tiró abajo el edificio de la parroquia de la Virgen de la Paloma a la que pertenecía. Así lo ha confirmado un portavoz del centro sanitario a 'El Mundo'.
Al principio se le dio por desaparecido, pero el párroco consiguió salir del inmueble destruido por su propio pie a pesar de las heridas.
El sacerdote llegó a la clínica en estado crítico. Presentaba numerosas fracturas y la pelvis destrozada. Los médicos tuvieron que estabilizarle y después llevarle al quirófano. Según la información que han proporcionado fuentes cercanas al párroco a 'El Confidencial', fue una cirugía traumatológica para reparar la pelvis.
«Hemos preguntado qué expectativas de recuperación y nos han dicho que muy malas. Veremos en las próximas horas que noticias nos dan».
Cuatro víctimas mortales y diez heridos
El sacerdote consiguió superar la primera operación, pero presentaba una hemorragia interna que obligó a los médicos a llevarle al quirófano nuevamente durante la madrugada.
«Rubén ha salido de esta segunda operación y está en la UCI muy crítico. Estas horas son vitales», señalaron los amigos del párroco tras la segunda intervención. Sin embargo, el religioso no logró sobreponerse a sus heridas y finalmente ha fallecido esta madrugada de este jueves, 21 de enero.
La defunción de Rubén Pérez Ayala ha elevado a cuatro el número de víctimas mortales de la explosión: David Santos, el electricista y feligrés de la iglesia que estaba revisando la caldera, y dos peatones, de 85 y 53 años, que caminaban por la calle y que quedaron sepultados en la vía pública por los escombros.
Rubén Pérez se ordenó en junio
Rubén Pérez Ayala se ordenó el pasado 20 de junio, a los 35 años, en la catedral de La Almudena y celebró su primera misa al día siguiente en la parroquia de la Virgen de La Paloma. «Estoy contento de esto que hace el Señor conmigo», dijo entonces. Fue su hermano Pablo, sacerdote diocesano, quien le administró la unción.
El joven párroco se formó en el seminario de Redemptoris Mater de Mater. «He tenido la experiencia a lo largo de este tiempo de seminario de que la felicidad no está en vivirlo todo para uno mismo, sino en donarse a los demás», señaló en una entrevista en la web del Arzobispado en 2019.
Demolición controlada del edificio
Los bomberos permanecieron hasta las 21:00 horas del miércoles asegurando el edificio en ruinas desde un vehículo con escalera. Lo hicieron de esta forma por la imposibilidad de acceder al interior del mismo debido a su estado. Además, un retén ha permanecido durante toda la noche allí por prevención.
Ahora, los operarios del Ayuntamiento de Madrid han procedido a la demolición controlada de las plantas superiores del inmueble que quedaron destrozadas por la explosión de gas. Se trata de una explosión supervisada por los técnicos del Área de Desarrollo Urbano y que se debe realizar «poco a poco» para evitar que se derrumbe lo que todavía queda en pie del bloque.
Los técnicos municipales también inspeccionarán el colegio La Salle que se encuentra justo al lado del edificio. Pese a la cercanía del centro educativo con el sitio donde tuvo lugar el terrible suceso, la escuela no ha tenido que lamentar ningún herido ni fallecido. Sin embargo, los alumnos han tenido que seguir con sus clases de forma telemática por precaución.