Ómicron se ha convertido en la variante más problemática del SARS-CoV-2. Su alta capacidad de contagio ha puesto en jaque el sistema sanitario y ya se ha situado como la dominante. Pero esta variante no solo se caracteriza por ser más contagiosa, sino también por la capacidad que tiene de escapar a la inmunidad.
Esto se traduce en un riesgo alto de poder reinfectarse de ómicron una vez pasado el contagio. De ahí que no debamos bajar la guardia tras haber contraído el virus, existe inmunidad, pero la nueva cepa podría volver a infectarnos.
Ómicron podría volver a reinfectarte
Los estudios aseguran que la única manera de aumentar la protección frente a ómicron es a través de las vacunas. La tercera dosis ha dado excelentes resultados frente a la nueva variante y los expertos aseguran que evitan el contagio.
Sin embargo, si algo nos ha enseñado el COVID-19 es que no debemos confiarnos ni bajar la guardia. Es cierto que las vacunas evitan la enfermedad grave, pero en muchos casos no son eficaces contra el contagio. Como tampoco lo es el haber pasado la enfermedad.
Se han dado muchos casos de personas que ya se habían contagiado en otras olas y han vuelto a infectarse con ómicron. También se han registrado datos sobre reinfecciones de ómicron. Con todo esto, lo único que está en nuestra mano es hacer todo lo posible para evitar volver a contagiarnos.
Pero, ¿cómo? Pues básicamente se trata de seguir unas pautas. Las mismas que llevamos aplicando desde el inicio de la pandemia.
Recomendaciones para evitar volver a contagiarte de ómicron
A estas alturas de pandemia todo el mundo conoce, o debería conocer, las medidas principales para evitar el contagio de coronavirus. Ajustarse bien la mascarilla, lavado correcto de manos, uso de gel hidroalcohólico, distancia de seguridad, y sobre todo, vacunarse.
Sin embargo, la nueva variante ha llegado para complicar un poco más las cosas. Una vez que el virus entra en una vivienda, es conveniente seguir una serie de pautas para evitar que lo demás se contagien. Y no solo eso, sino conseguir que el patógeno desaparezca y no se quede a vivir con nosotros.
La reinfección es posible, de ahí que la persona infectada sea la encargada de desinfectar cada superficie o artículo que toque. En el caso de que los síntomas impidiesen esta labor y deba realizarla otra persona, ambos deben llevar mascarilla y ventilar correctamente.
La vajilla y utensilios de comida usados por el enfermo, deben lavarse los últimos y siempre con agua caliente y jabón.
Cuando el paciente esté recuperado, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, recomienda esperar "varias horas" antes de limpiar y desinfectar. La habitación y el baño son los lugares más delicados y deben limpiarse con ventanas y puertas abiertas. Además, hay que llevar mascarilla si su desinfección se realiza antes de las 24 horas.
Pasados tres días no hay que desinfectar
Si han pasado entre 24 horas y tres días desde la recuperación, los expertos aseguran que no es necesario desinfectar. Bastaría con la limpieza habitual de las zonas manipuladas por el enfermo.
Pasados los tres días, es prácticamente imposible que el patógeno haya sobrevivido en una superficie contaminada. De ahí que el riesgo de contagio disminuya considerablemente.
Lo que sí que hay que tener en cuenta es la limpieza de cortinas y alfombras así como la ropa usada durante la enfermedad. Sábanas y toallas hay que lavarlas a máxima temperatura y secarlas completamente para minimizar los riesgos.
La ropa sucia de la persona contagiada hay que manipularla con guantes y lavar el cesto donde se haya depositado. Asimismo, se recomienda que el cepillo de dientes sea desechado y cambiado por uno nuevo.