Una mujer mayor 'autoconfinada' mira el exterior desde su ventana

Adiós a las visitas en casa: la nueva medida que quiere acabar con la tercera ola

Se trata de una restricción aprobada en la Comunidad de Madrid y Valencia

Las comunidades autónomas siguen a un ritmo imparable aprobando restricciones para frenar el avance de la pandemia.

La tercera ola de contagios está suponiendo un gran reto para las autonomías, bajo las cuales recae el peso de la gestión de la pandemia a pesar de no contar con las herramientas necesarias para tomar medidas contundentes como el adelantamiento del toque de queda o el confinamiento domiciliario.

Por esta razón, la gran mayoría de las comunidades han pedido al Gobierno central que modifique la ley y les proporcione las herramientas jurídicas para confinar a nivel local en las zonas donde la situación epidemiológica esté descontrolada.

Las autonomías aprueban medidas a la espera de una ley que permita confinar

Sin embargo, se trata de una propuesta que el Ejecutivo de Pedro Sánchez rechazó de forma tajante desde un inicio, aunque en los últimos días la idea ha vuelto a cobrar fuerza.

Sin ir más lejos, el Ministerio de Sanidad se plantea modificar la Ley de Salud Pública para permitir la salida de casa solo para ir al trabajo, al médico o a comprar, lo que a efectos prácticos sería un confinamiento domiciliario en toda regla.

Todo hace indicar que España está encaminada a vivir un nuevo confinamiento, parecido al de marzo aunque más corto y laxo, como el que se está viviendo en otros países de Europa como Portugal, Alemania o Reino Unido.

Mientras tanto, las comunidades autónomas siguen agudizando el ingenio para frenar el avance de la pandemia con las medidas que tienen a su alcance.

Madrid y Valencia prohíben las reuniones en los domicilios para frenar la tercera ola

En este sentido, la Comunidad de Madrid y la Valenciana han tomado la contundente decisión de prohibir las reuniones entre no convivientes en los domicilios.

Se trata de una medida sin precedentes y muy difícil de hacer cumplir, dado que en el ámbito privado se antoja más complicada la vigilancia. Al fin y al cabo no se puede poner un policía en cada casa, tal y como señaló el ministro de Sanidad, Salvador Illa, antes de la campaña de Navidad.

A pesar de ello, los gobiernos regionales consideran que es una medida necesaria para frenar el preocupante aumento de la incidencia y de los fallecidos por coronavirus en nuestro país.

«Ahora lo prioritario es suspender las relaciones sociales que están en nuestra forma de ser», ha afirmado el presidente de la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig, alarmado ante los casos de coronavirus de su región, donde se diagnostica uno de cada cuatro contagiados en nuestro país.

Con toda seguridad, los comités técnicos que asesoran a los gobiernos de Madrid y Valencia han optado por plantear esta medida tras observar que las limitaciones en el ámbito público se están traduciendo en reuniones que se producen en el ámbito privado, lo que conlleva un riesgo mucho mayor.

Al limitar los encuentros al aire libre y en espacios públicos como pueden ser los bares y otros lugares de ocio, los ciudadanos están trasladando sus reuniones sociales al interior de las viviendas, donde se corre mayor peligro de contagio debido a la escasa ventilación y al posible incumplimiento de las medidas de protección e higiene.

Madrid y Valencia endurecen las medidas para frenar el avance de la pandemia

Esta nueva prohibición aprobada en Madrid y la Comunidad Valenciana viene acompañada del endurecimiento de otras medidas que ya estaban en vigor.

En Madrid, desde hoy, el toque de queda comenzará a las 22 horas y los restaurantes y bares cerrarán a las 21 y tendrán un aforo de grupos formados por un máximo de cuatro personas.

En el interior de los domicilios, quedan prohibidas las reuniones de no conviviente aunque con excepciones: podrán visitarse las parejas que vivan separadas y quienes vivan solos. Pero la visita deberá limitarse a un solo invitado.

Debido a su alta incidencia, la Comunidad Valenciana ha dado un paso más allá echando el cierre a toda la hostelería. Además, el presidente socialista ha prohibido reunirse en casa en cualquier circunstancia y en la calle, las reuniones son de máximo dos personas. 

A estas medidas hay que sumarle el cierre perimetral de los grandes municipios durante los fines de semana.

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