Fernando Simón en una rueda de prensa

Polémica por la última foto de Fernando Simón: 'Es una falta de respeto'

El aspecto actual del epidemiólogo ha sido muy criticado

Hará un año que Fernando Simón apareció por primera vez ante los medios de comunicación. La crisis sanitaria que nos estaba acechando allá por marzo de 2020, hizo que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) comenzara a ser un habitual en las ruedas de prensa donde avanzaba la última hora sobre la pandemia del Covid-19.

Simón pasó a ser uno de los personajes clave en la crisis sanitaria y sus intervenciones eran seguidas con lupa. Su peculiar tono de voz y su aspecto algo descuidado comenzaron poco a poco a ser el centro de atención haciéndonos pensar que el desgaste diario al frente de la pandemia comenzaba a pasarle factura.

El aspecto descuidado de Fernando Simón

El periódico 'La Razón' ha analizado la última aparición del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias con la ayuda de algunos expertos que no han dudado en criticar el aspecto algo descuidado con el que Fernando Simón ha aparecido últimamente.

Se va a cumplir un año desde el comienzo de la pandemia. Doce meses luchando contra un virus que no nos ha dado tregua, que nos tiene al borde de la extenuación y que también parece haber hecho mella en Fernando Simón. Al menos es lo que opina Daniel Eskibel, consultor y estratega en psicología política, después de analizar el aspecto físico del epidemiólogo en el transcurso de los meses.

«Entonces transmitía confianza. Su rostro, su mirada, su pelo, su voz y su vestimenta comunicaban naturalidad, cierto aire de informalidad y cercanía. No era un comunicador oficial, sino un científico con rostro humano» señala Eskibel recordando las primeras apariciones públicas de Fernando Simón.

Pero han pasado doce meses y el epidemiólogo ha «perdido frescura». Simón parece cansado y algo descuidado, lo que provoca que sus declaraciones pierdan fuerza: «Un año como portavoz de una crisis como esta supone cometer errores, cansar a algunos sectores y quedar atrapado en un escenario de fuego político cruzado. Su falta de prolijidad en el cabello y la barba cruza la línea roja de la informalidad. Ya no sugiere naturalidad, sino desorden y confusión» opina el experto.

Una imagen ligada a su estado de ánimo

Amparo Plaza, directora de Comunicación de Estrategos sostiene que: «Una imagen va íntimamente relacionada con su credibilidad y autoridad. Ese aspecto descuidado genera incongruencias justo cuando hace falta un liderazgo fuerte». Según los expertos la imagen que en ocasiones proyectamos tiene mucho que ver con nuestro estado de ánimo.

De ahí que muchos vean en el aspecto descuidado de Fernando Simón una especie de hartazgo y de saturación ante la pandemia, al menos así lo sostiene Juan Moisés de la Serna, reputado psicólogo: «Cuando se está cansado o estresado, se tiende a descuidar los detalles». Pero de la Serna va más allá: «Si no está en condiciones anímicas, debería ceder su puesto y recibir ayuda profesional».

«Ahora roza la dejadez»

Es cierto que Fernando Simón nunca ha comparecido en traje de chaqueta y corbata, su imagen siempre ha estado ligada a la naturalidad y comodidad, sin embargo poco a poco ese estilo cercano para la población ha pasado a convertirse en un aspecto descuidado que le «quita efectividad».

«Siempre ha tenido una imagen natural, pero ahora roza la dejadez. Y la dejadez se asocia a que el cargo o la situación le queda grande. ¿Se le puede confiar la resolución de la situación a quien no puede cuidar de sí mismo?» se pregunta María Soto, estratega en imagen. Según los expertos en imagen política, el estilo que actualmente presenta Fernando Simón da la sensación de que la pandemia se le ha ido de las manos y que es incapaz de controlarla.

Además, presentarse ante los españoles de esa guisa hace que su mensaje se diluya y no se le tome en serio. « De la imagen depende en gran parte la adhesión de la población a las medidas adoptadas. Una transmisión incorrecta hace que se pierda la confianza y se dejen de seguir las indicaciones dadas. Si el portavoz no refleja lo que quiere difundir, pone en peligro a las personas».

Pero no solo los expertos han opinado sobre el aspecto de Simón, gran parte de la población también se ha percatado de la dejadez que presenta en sus últimas comparecencias y han mostrado su malestar en las redes sociales: «Vergonzoso. Ni el frutero de mi barrio. Se empieza por la imagen y se infecta hasta las neuronas» o «No puede ser que salga con esta pinta a hablarnos de temas sanitarios» señalaban los usuarios que han popularizado el hashtag #PeineParaFernandoSimónYa.