La reina Letizia está harta de que su familia política haga que la monarquía esté siempre en entredicho y en portada de los medios. Está cansada de los tejemanejes de su suegro e incluso de los 'escándalos' de sus sobrinos Froilán y Victoria Federica. Pero hoy ha visto que ella y Felipe VI son noticia por sí mismos.
En concreto, han cobrado actualidad porque se ha desvelado un detalle que deja en evidencia a su marido. Exactamente, pone en cuestión la educación que recibió en casa.
Letizia, sorprendida por la anécdota que ha visto la luz
Letizia es conocedora de que Pilar Eyre tiene un blog en la revista Lecturas, 'No es por maldad', donde habla sobre la Casa Real. Y esto es precisamente lo que ha hecho en su última entrada. Viene a contar una situación que, en cierta medida, abochornó a la que hoy es mujer de Felipe VI.
Ha explicado una anécdota que se produjo cuando Letizia y su entonces novio viajaron a Asturias para que él conociera a su familia. Según ha narrado, “la primera vez que él fue a la abuela de su novia, le preguntó si podía ir personalmente a coger las bebidas de la nevera. La nieta le aclaró a Menchu el porqué de este capricho: «No ha abierto una nevera en su vida y le hace ilusión»”.
“Desde el salón, en completo silencio, oyeron el clic clic de la puerta del frigorífico al abrirse y cerrarse. Varias veces”.
Una situación esta que resulta curiosa y que llama la atención. Y que, al parecer, dejó boquiabierto al entorno de quien estaba entonces al frente de los informativos de TVE.
Letizia ve cuestionada la educación de su marido
La madre de Leonor posiblemente no estará satisfecha porque dicho dato haya visto la luz. Y también rechazará el que en el mismo blog se haya revelado la cuestionable educación que tuvo el ahora rey. Según ha relatado Eyre, “a cambio de hacer la vista gorda ante la colección de amantes que su marido paseaba (y mantenía) con total tranquilidad, Sofía logró que dejaran en sus manos la educación del príncipe”.
“Su hijo adorado, del que decía a veces, arrobada: «Estoy enamorada de él»”.
En este punto, Letizia habrá visto que se cuestiona seriamente la manera en la que su suegra educó a su hijo. Y es que se dice que “él se crio entre algodones, con una madre que todo se lo permitía. Se convirtió en un niño indolente, mimado, caprichoso, incapaz de esforzarse y que faltaba a sus clases con facilidad porque se le pegaban las sábanas”.
Es más, ha afirmado que vivía rodeado de “amigos pijos” que lo separaban de la realidad del país. Esto sin pasar por alto que “aún recuerdan sus rabietas en el Colegio Los Rosales cuando no conseguía lo que quería”.
Pero esta situación fue atajada poco después cuando Sabino Fernández Campos, jefe de la Casa Real, comunicó a Juan Carlos I que las cosas no podían seguir así. Al parecer, le expuso que “la educación del heredero a la Corona no podía dejarse en manos de su madre. Esta estaba alejada de la cotidianidad del país sobre el que tendría que reinar, le hablaba en inglés y tenía nula experiencia en la educación de príncipes”.
El entonces monarca pareció entender los argumentos esgrimidos por aquel y eligió un instructor militar para su hijo. El elegido fue el teniente coronel Juan Antonio Alcina, “que se llevó las manos a la cabeza ante la deficiente educación de su alumno”.