Ramiro Oliveros, el que fuera el segundo marido de Concha Márquez Piquer, se encuentra sumido en la más profunda tristeza. La muerte de la folclórica el pasado lunes 18 de octubre ha sido un duro golpe para la familia, pero especialmente para su viudo.
Una insuficiencia respiratoria se llevaba la vida de Piquer terminando así con 40 años de matrimonio. Durante semanas luchó en la UCI para seguir adelante, pero Concha ya no tenía más fuerzas, tampoco los médicos pudieron hacer nada por salvarla.
Su familia ha llevado el duelo en la más estricta intimidad así como el entierro, donde se vio a Ramiro completamente desolado. Días después de recibir cristiana sepultura, su viudo sigue lamentando su ausencia. "Se va también mi vida", decía incapaz de asimilar tanto sufrimiento.
Ramiro Oliveros hundido tras la muerte de Concha Márquez Piquer
Han sido días muy duros para la familia de Piquer. Sus dos hijas, Concha e Iris, arropan con especial interés a su padre, Ramiro, completamente desolado por la muerte de su esposa. Aunque Concha no es hija de Oliveros, ya que antes de casarse con él, Piquer lo estuvo con Curro Romero, permanece a su lado.
La familia ha cerrado filas con la intención de pasar el duelo en la más pura intimidad alejada del foco mediático. Un deseo que ha sido respetado por gran parte de la prensa que entiende el duro trance por el que deben estar pasando.
Especialmente Ramiro, quien estuvo al lado de su esposa sus últimos 40 años. "Te puedes imaginar cómo me siento en estos momentos", decía. "Se va también mi vida", comentaba desolado para el periódico ABC.
"Han sido 40 años sin separarnos para nada, siempre estábamos juntos en todo y no concibo estar sin ella", añadía a unas declaraciones desgarradoras. Ramiro se aferraba a que se produjera un milagro.
Una intervención divina que consiguiera apartar al amor de su vida de las garras de la muerte. Sin embargo, no pudo ser y el peor de los presagios se acabó cumpliendo.
El estado del viudo de Piquer
Solo los amigos más cercanos de la familia acudieron al entierro de Concha Márquez Piquer en el cementerio de San Isidro. Allí recibió el último adiós para terminar descansando en el panteón familiar donde se encuentran los restos de su madre y de su hija Coral.
"Nos hemos quedado desolados", comentaba el actor Manuel Galiana. Además, también confesó cómo se encontraba Ramiro. "Bueno, lo que todos esperábamos, pero tranquilo", dijo sin entrar en más detalle.
Lo que sí que recalcó el veterano actor de teatro es el profundo amor que existía entre Concha y su marido. "Cuando las cosas están todas forjadas en el amor pues el amor te deja una calma especial", decía. "Nos separamos de la persona amada, pero hay todavía una fuerza todavía mayor", añadía.
Ramiro Oliveros le devolvió la alegría tras la muerte de Coral
Concha Márquez Piquer se casó en primeras nupcias con el torero Curro Romero. Fruto de ese matrimonio nacieron dos hijas, Concha y Coral, quien perdía la vida a los 19 años en un accidente de coche.
Una trágica noticia que llegó siete años después de que el matrimonio se separara y que sumió a la cantante en una profunda depresión. Afortunadamente, Ramiro ya formaba parte de su vida y en él encontró el apoyo que necesitaba.
Fue él quien le dio la oportunidad de convertirse en madre por tercera vez, dos años después de perder a Coral. La llegada de Iris le devolvió la alegría perdida y junto al actor consiguió la familia que deseaba.
Ahora es Iris la que permanece al lado de su padre cogiéndole de la mano para afrontar la pérdida de Concha. Una ausencia con la que tendrán que aprender a sobrevivir.