El mundo de la copla perdía en la tarde de ayer, lunes 18 de octubre, a una de sus grandes voces. Concha Márquez Piquer fallecía a los 75 años como consecuencia de una insuficiencia respiratoria.
Su marido, Ramiro Oliveros quedaba totalmente desolado tras la muerte de su esposa y le dará el último adiós esta misma mañana. Será enterrada en el panteón familiar donde reposan los restos de la madre de la artista y de su hija Coral, fallecida a los 19.
Coral fue fruto de la relación que la artista tuvo con Curro Romero, del que años después se separaría. Una joven que quería seguir los pasos de su madre y abuela y convertirse en una estrella de la música. Sin embargo, la tragedia se cruzó en su camino y terminó perdiendo la vida demasiado joven.
Una terrible desgracia que sumió a Concha Márquez Piquer en la más profunda tristeza. "Es como si me faltara un brazo, estoy desolada", confesaba a un amigo días después.
Coral fallecía lejos de su hogar a los 19 años
El 2 de noviembre de 1986 fue una de las fechas marcadas para siempre en Concha Márquez Piquer. Aquel fatídico día, su hija Coral, la menor de la familia, perdía la vida en un trágico accidente en Estados Unidos.
La música era una de las grandes pasiones de la hija pequeña de Concha. Rodeada de grandes artistas como su madre y abuela, la joven decidió seguir los pasos de sus predecesoras y se convirtió en solista.
Su grupo se llamaba 'Avenida Pasión' y su estilo era moderno y alejado de las coplas. Aunque quien la conoció, asegura que las cantaba "como los ángeles". Coral quería abrirse y explorar nuevos territorios y decidió poner rumbo a Estados Unidos.
Su intención era cantar en inglés y cruzó el Atlántico para mejorarlo y grabar un disco en ese idioma. Por aquel entonces, con solo 19 años y su rock melódico, Coral consiguió un gran éxito y pensó que era el momento de reinventarse.
No obstante, jamás llegó a cumplir su deseo. El destino le tenía deparado un trágico final para su corta vida. La hija pequeña de Concha y Curro viajaba como copiloto en coche por Tennesse junto a otros dos jóvenes.
En un momento dado, el vehículo se salió de la carretera y dio varias vueltas de campana. Coral fallecía en el acto mientras que los dos acompañantes sobrevivieron. Concha quedó destrozada tras lo ocurrido y hasta se le pasó por la cabeza poner fin a su vida, incapaz de soportar tanto dolor.
Concha Márquez Piquer intuyó la muerte de su hija
Días antes de que Coral decidiera marcharse a Estados Unidos, su madre intentó convencerla de que no hiciera ese viaje. Concha aseguraba que había tenido un mal presentimiento y que si su hija se marchaba, jamás volvería.
"Mi madre le advirtió que no se fuera a Estados Unidos porque si lo hacía no volvería", contó Concha, hija mayor de la cantante. "Presentía lo que iba a ocurrir", recordaba en el programa Lazos de Sangre.
Sin embargo, la juventud de Coral, su rebeldía y ganas por abrirse al mundo, la llevaron a no escuchar los consejos de su madre. Se marchó y acabó sufriendo un accidente que terminó con su vida, cumpliéndose así los peores presagios de su madre.
Cuando acudieron a comunicarle la noticia a Concha, esta no se sorprendió. De hecho pidió a su marido Ramiro que abriera una botella de champán y, con la copa en la mano, retó a Dios.
"Si piensas que por esto voy a dejar de creer, te equivocas, pero entenderte no te entiendo", exclamó. El fallecimiento de Coral provocó un vacío inmenso en la cantante que acabó sufriendo una profunda depresión.
Una tragedia con la que tuvo que aprender a vivir, pero de la que jamás se desprendió. Solo el nacimiento de su tercera hija, Iris, logró hacerle recuperar parte de la alegría perdida.