Olga Moreno ha reaccionado a toda la polémica familiar que le persigue desde hace un tiempo. La diseñadora ha decidido poner punto y final a su matrimonio con Antonio David tras soportar casi un año de lo más complicado.
Se acabó el mostrar la imagen de una familia unida contra viento y marea. El discurso que defendió en Supervivientes se ha venido abajo una vez que consiguió embolsarse los 200.000 euros del premio.
Aguantó los rumores de infidelidad así como las repercusiones del documental Rocío: Contar la verdad para seguir viva. Siempre sacó la cara por el exguardia civil defendiendo lo indefendible, hasta que no ha podido más.
Por el momento, ninguno de los dos se ha pronunciado sobre las causas de esta separación, pero todo apunta a que llevaban tiempo distanciados. Más aún después de que el excolaborador no estuviera presente en el cumpleaños de su mujer.
El aguante de Olga Moreno para seguir facturando
Días después de que se estrenara el documental, Olga puso rumbo a Honduras. Allí se dedicó a lavar la imagen pública de su marido consciente de todo lo que podría salir a la luz. Defendió su papel como padre y como marido ejemplar, así como el amor que existía en el matrimonio.
Aunque prometió no hablar sobre las polémicas familiares, lo cierto es que la sevillana no hizo otra cosa durante el concurso. Su victimismo convenció a la audiencia y logró alzarse con los 200.000 euros del premio.
Pero mucho antes de esto, el matrimonio ya atravesaba por una crisis. Un mal momento marcado por los rumores de infidelidad que sobrevolaban a Antonio David. Fue a partir de entonces cuando la pareja comenzó a resentirse.
"Mi relación con mi mujer no es la misma, de hablar 450 veces al día, ahora son momentos, son frases, es todo como muy frío". Estas fueron las palabras del padre de Rocío Flores en Sálvame tras destaparse algunas relaciones extramatrimoniales. "Esto le está pasando factura a mi matrimonio, sí que está incómoda conmigo", confesó.
Sin embargo, pese a esa incomodidad, Olga continuó a su lado. Supervivientes estaba buscando ya nuevos concursantes y el nombre de la diseñadora sonaba por los pasillos.
Olga Moreno se sentía humillada
Una vez de vuelta a España, Olga comenzó a plantearse su vida junto a Antonio David. Valoró todas las opciones y se dio cuenta de que ya no le valía presumir de familia unida. "Después de volver fue consciente de que su relación con Antonio David la perjudica tanto en el aspecto público como el personal", cuentan fuentes cercanas.
Al parecer, el hecho de que Antonio David comenzara hace más de un año a trabajar en Sálvame, fue uno de los detonantes. A partir de entonces, los rumores de infidelidad sacudían la estabilidad del matrimonio.
Olga sentía que estaba siendo humillada públicamente al ser señalada como consentidora de los escarceos de su marido. Aguantó el vendaval, pero estaba claro que el daño estaba hecho y que más pronto que tarde, acabaría pasándoles factura.
Pero había que seguir dando la imagen de una familia ejemplar. Rocío Flores fue la primera en dar la cara y, con lágrimas, pedía que se parara todo. Que su familia estaba sufriendo y que no estaba dispuesta a que nada ni nadie la rompiera.
Mientras tanto, Moreno guardaba silencio en un segundo plano, dejando que padre e hija manejaran el asunto. Fuentes cercanas aseguran que en ese tiempo, la crisis matrimonial era un hecho.
Una crisis que arrastran desde hace un año y que ahora han decidido resolver con la separación. Está claro que esta decisión beneficia a la diseñadora, sin embargo no tanto al excolaborador.
"A él le favorece no revelar la ruptura para alimentar la idea de familia unida y padre abnegado", comenta la fuente cercana a la pareja.