Letizia desea tenerle lo más lejos posible. Desde hace años la relación entre ellos es muy tirante, sin apenas trato. De cara al exterior procuraron mostrar siempre una imagen de cordialidad, pero la realidad era otra bien distinta.
Sus continuos escarceos amorosos y la aparición de distintas mujeres acabaron por acelerar la ruptura. La reina tenía claro que Juan Carlos no tenía cabida en su vida. Sobre todo por la imagen que estaba dando y lo que eso implicaría para la institución.
De momento, Letizia le ha ganado la batalla al emérito, que continúa exiliado en Emiratos Árabes, sin opciones de que regrese a corto plazo. Después del espectáculo montado hace unos meses tras su estancia en Sanxenxo, en Zarzuela tienen claro que debe estar apartado. El propio Felipe le recriminó su comportamiento.
Pero el emérito tiene la sensación de que no ha hecho nada malo. Se le ha olvidado todo lo relacionado con el fraude fiscal o los engaños a su esposa. Es como si viviera en otro mundo y eso es algo que no perdonan Letizia y su entorno.
El periodista Jaime Peñafiel rescata uno de los episodios más polémicos en la vida de Juan Carlos. Explica que en mayo de 2014 le pidió la mano al padre de Corinna. Previamente, en 2009, ya lo había intentado tras separarse ella de su segundo esposo.
Cinco meses antes se ingresaron en la cuenta del padre del rey 100 millones de dólares. Consistía en una donación por parte del rey de Arabia Saudí. Una parte de aquella cifra, en concreto 65 millones, los destinó a la alemana, con la que tenía previsto casarse.
Letizia nunca vio con buenos ojos todo lo que hacía su suegro. Pero hoy en día todavía hay mucha gente que se pregunta por qué el emérito no contrajo matrimonio con su amiga después de aquello. Al parecer, ella se enteró "por boca del rey que mantenía una relación desde hacía tres años" con otra mujer.
Se trataba de la "empresaria valenciana Sol Bacharach, viuda de Manuel Broseta, asesinado en 1992 a manos de ETA", cuenta el periodista. A ello se le une que "seguía casado con doña Sofía y todavía no se había planteado su divorcio". La emérita no hubiese puesto ninguna pega a cambio de mantener su estatus.
Juan Carlos estuvo un tiempo engañando a dos mujeres. La alemana no estaba dispuesta a que él mantuviera una segunda relación extramatrimonial. Sol era componente del Association United World College e incluso llegó a estar en Palacio, como demuestran algunas fotos, seguramente vistas por Letizia.
Había algo en la valenciana que le impedía entrar en la familia real. Y era su polémico pasado.
Letizia, sorprendida con su pasado
Letizia se enteró de que la valenciana había tenido un coqueteo con las drogas, como recoge El Nacional. "He aprendido a resistir las tentaciones adversas sin necesidad de tomar ansiolíticos mezclados con alcohol. El consumo de drogas me llevó a un callejón sin salida", señala.
Explica que "fui a psiquiatría del Hospital Clínico de Barcelona y me salvó la vida el Centro Terapéutico del Vallés. Se trataba de un pequeño lugar en Mollet, que adoptó métodos innovadores traídos de Estados Unidos".
La valenciana comentaba que "allí comenzó mi liberación, volví a pensar el lugar que quería ocupar en el mundo. Reflexioné sobre cómo soportaría mi estado de ánimo la ausencia de droga en mi cabeza", añade.
Letizia nunca pensó que escucharía esto. Por suerte para ella, consiguió apartar de su vida a su suegro, que ya no forma parte de la familia real. Cuanto más lejos, mejor.